Redacción
EU.-La impresionante trayectoria de Lauren Bacall la consolidó como una de las figuras más representativas del cine clásico de Hollywood. Con tan solo 22 años, la actriz debutó de forma fulgurante en ‘Tener y no tener’ (1944), de Howard Hawks, donde compartió pantalla con Humphrey Bogart, dando inicio a una química artística y personal que marcaría la historia del séptimo arte. A ese primer trabajo le siguieron otros títulos emblemáticos como ‘El sueño eterno’ (1946), también de Howard Hawks, ‘La senda tenebrosa’ (1947), de Delmer Daves, y ‘Cayo Largo’ (1948), de John Huston, todos ellos junto a Bogart, con quien contrajo matrimonio en 1945 hasta la muerte del actor, víctima de un cáncer de esófago, en 1957.
Getty Images
Publicidad – Sigue leyendo debajo
En los años sigiuentes, Bacall continuó acumulando papeles destacados en producciones que confirmaron su versatilidad y carisma como ‘El trompetista’ (1950), de Michael Curtiz, ‘Cómo casarse con un millonario’ (1953), de Jean Negulesco, ‘Mi desconfiada esposa’ (1957), de Vincente Minnelli, o ‘Asesinato en el Orient Express’ (1974), de Sidney Lumet, donde compartió reparto con una larga lista de grandes nombres del cine británico y estadounidense. Sin embargo, el reconocimiento de la industria tardó en llegar, y no fue hasta 1997, a los 72 años, cuando fue nominada por primera vez al Oscar por su papel en ‘El amor tiene dos caras’ (1996), de Barbra Streisand, en la categoría de Mejor actriz de reparto. Aunque no obtuvo la estatuilla, la Academia saldó su deuda en 2010, cuando le concedió un Oscar Honorífico a los 86 años de edad.
Getty Images
Poco antes de cumplir los 80, Bacall sorprendió al aceptar un pequeño pero destacado papel en la producción europea ‘Dogville’ (2003), del director danés Lars von Trier. En ella interpretó a la anciana Gloria, y compartió escenas con Nicole Kidman, quien durante el rodaje atravesaba un periodo de inestabilidad personal tras su mediático divorcio de Tom Cruise. En una entrevista para la revista ‘Elle’ en 2008, Bacall se pronunció sobre el estado anímico de Kidman durante el rodaje del filme y dio su opinión sobre su expareja: “Tom había dejado a Nicole por Penélope Cruz o alguna estupidez así, una de sus decisiones más ridículas. Tom Cruise es un maníaco. No puedo entender la forma en la que se comporta en su vida”.
Getty Images
Publicidad – Sigue leyendo debajo
Anteriormente, en 2005, Bacall ya había manifestado públicamente su desaprobación hacia Cruise en una entrevista con la revista ‘Time’, realizada en agosto de ese año. El actor acababa de protagonizar un controvertido episodio en un popular late night estadounidense, donde, de forma excesivamente teatral, declaró su amor por la actriz Katie Holmes, su por entonces nueva pareja. Para Bacall, ese tipo de comportamiento no tenía cabida entre los verdaderos intérpretes: “No es un gran actor ni ninguna leyenda. Su comportamiento es escandaloso, inapropiado y vulgar. Es inaceptable usar la vida privada para vender algo comercialmente, pero creo que es una especie de enfermedad.”
Con información de Fotograma