20 años del campeonato de los Gallos de Aguascalientes

Gilberto Valadez

Aguascalientes, Ags.- La tarde del 17 de diciembre de 2000, Aguascalientes vivió su jornada futbolística más importante hasta el momento con la hazaña del equipo Gallos de Aguascalientes, que, rompiendo las quinielas, levantó el título de campeonato en el Torneo de Invierno de la Primera División A.

El representativo doblegó en esa oportunidad a los Reboceros de La Piedad por 5-3, para un global de 6-4, y se colocaron en la antesala del circuito de oro del balompié nacional, aunado a una deficiente transmisión radial que por instantes se perdió en territorio aguascalentense.

En apenas cinco años, los Gallos pasaron de ser un cuadro más en categorías de ascenso a encabezar la división de plata y ganar un campeonato que derivaría en un estadio más amplio para la afición aguascalentense. Aunque ellos ya no estarían allí para presenciarlo. 

“Van llegando los valientes…”

El deporte con más adeptos en el mundo había pasado de noche a nivel profesional en Aguascalientes durante casi todo el siglo XX, apenas limitándose a tener representaciones en divisiones de ascenso sin mayores recuerdos que sus llamativos nombres de batalla: Cebras, Leones o los Halcones en la Primera A y con sede en el antiguo Estadio Municipal que para 1992 tenía una capacidad de 15 mil personas.

Hacia el segundo semestre de 1995, Carmen Evaristo González, masajista avecindado en la ciudad, convenció al empresario Salvador López Monroy en comprar una franquicia para Segunda División y que estaba siendo rematada en 180 mil pesos. López Monroy, dueño de taquerías en Estados Unidos, alguna vez le había comentado a González su interés por tener un equipo profesional de futbol.

Establecidos como los Gallos de Aguascalientes y con Carmelo González como presidente, el plantel pronto empezó a dar resultados. En 1996-97, durante el último torneo largo de la categoría, la escuadra llegó hasta la final que eventualmente perdería ante Bachilleres de Guadalajara. Pero un año después, conquistaron el título del Invierno 98 tras vencer al Veracruz y luego enfrentaron al Zitácuaro por el ascenso a Primera A. Los Gallos se impusieron con global de 2-1 y subieron de categoría.

Los éxitos continuaron para el Aguascalientes que en su primer torneo en Primera A finalizó la campaña regular como superlíder en la tabla general, aunque fueron eliminados en cuartos de final por Chivas Tijuana.

Eran tiempos que el Municipal en ocasiones ni se llenaba, pero siempre hubo un sector de aficionados que no faltaba a los juegos sabatinos, donde los jugadores salían a la cancha mientras el sonido local dejaba escuchar la canción “Pelea de gallos”, tradicional de la Feria de San Marcos. 

El Canto del Gallo

Luego de algunas temporadas decepcionantes en lo deportivo y un cisma en la directiva por un enfrentamiento público entre Salvador López y Carmelo González, que llevó al despido de éste último, el Club Aguascalientes vivió su mejor momento en el cierre del Invierno 2000.

Bajo la dirección del técnico Antonio Ascencio y con elementos nacionales como el portero Marco Cervantes, el mediovolante Ángel Villaseñor y el delantero Domingo Ramírez, además de refuerzos foráneos donde sobresalía el uruguayo Héctor Giménez, los Gallos llegaron hasta la final del torneo contra Reboceros de La Piedad, favorito tras terminar el torneo como líder.

El 14 de diciembre de 2000, el partido de ida ante un lleno en el Estadio Municipal finalizó con cerrado empate a uno.  Los michoacanos se habían puesto al frente merced a tanto del venezolano Cristian Cázares, quien peleó un rebote en el área grande y fusiló con tiro certero a Cervantes. Pero Gallos emparejó mediante espectacular gol de Villaseñor, conectado de zurda un tiro libre desde fuera del área, haciendo inútil la estirada del portero Norberto Scoponi. Ambas dianas se marcaron en el segundo lapso.

La vuelta se celebró el domingo 17 en el estadio Juan Nepomuceno López, de La Piedad, donde la afición local esperaba un juego de rutina para la coronación de sus Reboceros. Pero apenas a los tres minutos, un contragolpe de Héctor Giménez es coronado por un cabezazo de Domingo Ramírez, adelantándose a Scoponi, para poner arribar a los Gallos.

Reboceros no tardó en darle la vuelta. A los 20, Christian Patiño igualó por la vía del penalti, y ocho minutos después Luis Francisco García adelantó a los locales con cañonazo al ángulo. Sin embargo, cuando todavía celebraban en las tribunas, Ramírez firmó su segundo éxito de la tarde, merced a un tiro libre para empatar 2-2.

Antes del descanso, Carlos Hernández volvió a poner al frente a La Piedad sobre el minuto 33, aprovechando un rebote en el área y pegó con pierna derecha sobre la salida de Cervantes.

El toma y daca terminaría en el segundo lapso, cuando el equipo de Ascencio impuso condiciones a su favor. El argentino Germán Gords emparejó ahora al 51, avanzando con balón dominado y todavía fuera del área pegó de zurda un trallazo que le botó antes a Scoponi, para igualar cifras.

En los minutos finales, Gallos fue dueño del panorama y al 82, Villaseñor telegrafió un certero paso a Norberto López, quien se encontraba sobre el área chica, mató el balón con el pecho y venció a Scoponi para poner nuevamente arriba a Aguascalientes.

Ya en el tiempo adicional, el recién ingresado Guadalupe García escapó en un contragolpe hasta avanzar solo frente a Scoponi, quien trató de enfrentarlo, pero García eludió con facilidad al portero y sobre la media luna del área grande, pateó de pierna derecha ante el desguarnecido marco para el definitivo 5-3.

Sin señal 

En una época aún lejana a la presencia de redes sociales y sin una señal de televisión abierta que transmitiera el juego, la mayoría de aficionados en Aguascalientes tuvieron que seguir el desarrollo del juego a través de una estación de radio local, enlazada con otra cadena.

La sintonía del primer lapso transcurrió con normalidad, pero luego que Aguascalientes había empatado el duelo a tres goles, la transmisión radiofónica que venía de La Piedad, de repente se perdió.

Transcurrió alrededor de media hora de incertidumbre, sin que la afición en el estado supiera cómo iban las acciones. Hasta que, sobre el final del juego, se recuperó la señal y con una buena noticia: el campeonato era para los de Aguascalientes.

En la ciudad capital, los festejos que iniciaron en la glorieta de Benito Juárez se extendieron a otros puntos como la plaza de la Patria, prolongandose a altas hora de la noche cuando el ahora campeón llegó vía terrestre y los jugadores fueron homenajeados en el zócalo central.

Sin embargo, no hubo final feliz para la historia de Gallos. En junio de 2001 volverían a encontrarse con La Piedad, ahora por el ascenso directo a Primera División, pero los Reboceros salieron airosos mediante global de 4-2. Al poco tiempo, la directiva de Gallos firmó un convenio con el Club Necaxa, de la Ciudad de México, para fungir como filial, pero unos meses después se confirmó la mudanza del Necaxa a Aguascalientes para 2003 y que derivaría en un nuevo estadio sobre las ruinas del Municipal.

Aunque se dijo entonces que el nuevo aforo sería para los dos equipos, los Gallos tuvieron muchos problemas para disputar la liguilla del Verano 2002 debiendo usar el Estadio Olímpico de Ciudad Deportiva, con mucha menor capacidad. En cuartos de final eliminaron al Zacatepec, pero en semifinales se toparon con el Real San Luis, propiedad de Televisa como el Necaxa, que los eliminó el 12 de mayo de aquel año.

El 25 de junio, Salvador López denunció “trabas” de la directiva del Necaxa para usar el Municipal en plena liguilla y al poco tiempo vendió la franquicia a Guadalajara donde se retomó en el Deportivo Tapatío.

El 26 de julio de 2003, fue inaugurado el Estadio Victoria y se tuvo futbol de primera división para Aguascalientes; aunque un sector de la afición sigue añorando a los Gallos de hace veinte años.