Dr. Víctor Molina Hernández
𝙄. 𝘼𝙉𝙏𝙀𝘾𝙀𝘿𝙀𝙉𝙏𝙀𝙎
Durante años, Aguascalientes fue tierra de paso para el dengue.
Entre 2011 y 2022, sólo 47 casos autóctonos figuraron en los registros de salud; el 83% de ellos, acorralados en brotes específicos de 2015 y 2019, que fueron contenidos antes de causar un mayor estrago.
Pero en 2023, el equilibrio comenzó a romperse. Aunque se trató de ocultar, el zumbido del mosquito se hizo más presente, y para 2024, fue difícil camuflar lo que ya era una epidemia. Aguascalientes se volvió el sexto estado con mayor incidencia a nivel nacional.
Ni el compromiso del personal de salud en clínicas, hospitales, consultorios privados, jurisdicciones sanitarias, personal del programa de vectores, ni los esfuerzos del Colegio de Médicos o los llamados de diputados locales, pudieron revertir el curso de una epidemia que ya se había arraigado y que no tenía la intención de soltar a la población. Para octubre del 2024, el dengue se había dispersado por cada rincón del estado al alcanzar a Cosío, último municipio libre de dengue hasta la semana epidemiológica 41.
𝙄𝙄. 𝙉𝙀𝙂𝙇𝙄𝙂𝙀𝙉𝘾𝙄𝘼 𝘿𝙀 𝘼𝙐𝙏𝙊𝙍𝙄𝘿𝘼𝘿𝙀𝙎
El dengue no solo encontró agua estancada… encontró silencio institucional.
La entonces jefatura de epidemiología —hoy Dirección de Inteligencia en Salud— omitió alertar por medio de algún aviso oficial a los médicos locales cuando los primeros casos empezaron a multiplicarse.
Tampoco advirtió a la población sobre la amenaza que rondaba sus patios, azoteas y floreros impidiéndole tomar acciones.
Las primeras defunciones no se hicieron públicas oportunamente y fue hasta que el gremio médico presionó para obtener una explicación cuando argumentaron que las defunciones estaban esperando dictaminación de Nivel Federal.
Se involucró a Gobierno del Estado, pero, en lugar de ser para advertir de forma clara a la sociedad, se hizo para minimizar el impacto, apelando a comparaciones entre el número de diagnósticos con Jalisco o Guerrero, como si el consuelo pudiera medirse en números ajenos con entidades con número mayor de habitantes.
Se dijo que no era epidemia. Luego que sí. Después que no otra vez creando más confusión en la sociedad.
Y así, entre omisiones, confusión y promesas sin acción, el virus se propagó sin freno.
No fue solo el mosquito el que enfermó a la sociedad. Fue también la falta de palabra, la falta de prevención y de claridad en la información orquestada desde una Dirección que se enriquece sin dar resultados adecuados a una población confundida.
𝐈𝐈𝐈. 𝐒𝐈𝐓𝐔𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐀𝐂𝐓𝐔𝐀𝐋 𝐄𝐍 𝐌𝐄́𝐗𝐈𝐂𝐎
En la semana epidemiológica 24, México reporta 4,265 casos de dengue y 22 muertes.
Aunque en 2024 los números fueron peores —17,016 casos y 26 defunciones— la letalidad actual es mayor. Menos casos, sí. Pero más agresivos. Más letales.
Los estados más afectados siguen siendo: Tabasco, Jalisco, Guerrero, Tamaulipas, Veracruz y Sinaloa.
𝑰𝑽. 𝑺𝑰𝑻𝑼𝑨𝑪𝑰𝑶́𝑵 𝑨𝑪𝑻𝑼𝑨𝑳 𝑬𝑵 𝑨𝑮𝑼𝑨𝑺𝑪𝑨𝑳𝑰𝑬𝑵𝑻𝑬𝑺
En Aguascalientes, el corte más reciente de la semana 24 muestra 8 casos confirmados de dengue. Pero el rostro del virus ha mutado:
12% son Dengue Grave
63% son casos con Signos de Alarma
Solo 25% no presentan complicaciones mayores
Hace un año, para esta misma semana, apenas se reportaba un solo caso.
A nivel nacional, durante 2025, muchos estados han tomado medidas para disminuir el impacto y los casos disminuyen. Pero hay 11 estados en los que las omisiones en las acciones han dado señales de incremento de casos. Uno de ellos es Aguascalientes.
𝑽. 𝑫𝑨𝑻𝑶𝑺 𝑨 𝑪𝑶𝑵𝑺𝑰𝑫𝑬𝑹𝑨𝑹
El dengue puede pasar desapercibido: muchos casos no se diagnostican ya sea porque los pacientes presentan síntomas leves o errores clínicos durante su diagnóstico.
Desde la semana 10, no se han notificado nuevos contagios en el estado, pero las lluvias recientes han creado el terreno perfecto para el regreso del mosquito.
𝑷𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒚𝒂 𝒉𝒂 𝒆𝒏𝒇𝒆𝒓𝒎𝒂𝒅𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒗𝒆𝒛, 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒊𝒏𝒇𝒆𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒑𝒆𝒍𝒊𝒈𝒓𝒐𝒔𝒂.
Aún estamos a tiempo. Pero el tiempo no espera.
Es momento de actuar.
𝙑𝙄. 𝙈𝙀𝘿𝙄𝘿𝘼𝙎 𝘿𝙀 𝙋𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝘾𝙄𝙊́𝙉
Elimina criaderos: lava, tapa, voltea, tira es una campaña que invita a deshacerte de aquellas fuentes de proliferación de los mosquitos. Desecha cualquier objeto que acumule agua. Revisa techos, patios y jardines.
Coloca barreras: mosquiteros, repelentes, ropa adecuada. La prevención es más barata que una cama en terapia intensiva.
Atiende a tiempo: fiebre alta, dolor detrás de los ojos, dolor muscular o articular, vómitos, náuseas, sarpullido…
Pueden ser ya señales de alarma o de gravedad: si hay dolor abdominal intenso o sangrados o desmayos, no esperes y busca atención médica de inmediato.
Aunque no hay un tratamiento específico para esta enfermedad, se puede dar medicamento para disminuir los síntomas. La hidratación y la vigilancia son fundamentales en casos de dengue no grave. Además, el personal de salud explicará los signos y síntomas que ayudarán a reconocer a tiempo las manifestaciones de gravedad (en caso de que pudieran presentarse).
Por otro lado, en casos de dengue con signos de alarma y dengue grave, un diagnóstico y tratamiento oportuno pueden marcar una diferencia entre la vida y la muerte.
𝗘𝗹 𝗱𝗲𝗻𝗴𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗺𝗮𝘁𝗮𝗿. 𝗣𝗲𝗿𝗼 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗽𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗶𝗿𝘀𝗲.
Educación = prevención = vidas salvadas
En la educación, en la vigilancia y en la conciencia colectiva, está nuestra mejor defensa porque cada vida que se salva, vale más que mil excusas institucionales.