Redacción
Lo que pretendía ser una celebración del empoderamiento femenino en el espacio terminó convertido en blanco de críticas. La reciente misión de Blue Origin, impulsada por la empresa de Jeff Bezos, ha sido severamente cuestionada por su alto costo, impacto ambiental y el tono frívolo de sus protagonistas, entre ellas la cantante Katy Perry.
El vuelo suborbital, que duró apenas 11 minutos y despegó el lunes desde el oeste de Texas, incluyó a la periodista Gayle King, la empresaria Lauren Sánchez, la científica Aisha Bowe, la productora Kerianne Flynn, la activista Amanda Nguyen y la propia Perry. Pero lejos de ser vista como un hito de inclusión, la expedición fue tachada de insensible por celebridades, activistas y usuarios de redes sociales.
Uno de los momentos más criticados fue cuando Perry, al descender de la cápsula, levantó una margarita al cielo, se arrodilló y besó el suelo. Aunque el gesto pretendía simbolizar gratitud, muchos lo consideraron excesivo, sobre todo al compararse con astronautas de la NASA que han permanecido meses en el espacio sin espectáculos similares.
“Fue un gesto innecesariamente dramático”, opinó en X un usuario con más de 100 mil seguidores. Otras celebridades como Emily Ratajkowski, Olivia Wilde y Amy Schumer también se sumaron a los cuestionamientos, llamando al evento “una campaña publicitaria superficial”.
De acuerdo con una fuente citada por el Daily Mail, la intérprete de Firework estaría “reconsiderando” su participación. “No se arrepiente de haber ido al espacio, pero sí de haberlo convertido en un espectáculo público”, dijo la fuente.
Además del despliegue mediático, varios científicos y ambientalistas han alertado sobre el impacto ecológico de este tipo de vuelos, señalando que pueden contribuir al deterioro de la capa de ozono y acelerar el cambio climático.
Hasta el momento, ni Katy Perry ni Blue Origin han emitido declaraciones oficiales sobre la polémica. En redes sociales, la cantante ha guardado silencio, mientras las críticas siguen acumulándose en línea.