Ligan a hijo de Carlos Salinas con secta sexual

El Imparcial

Nueva York.-El nombre del hijo del ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, apareció como conspirador en el juicio en una corte de Brooklyn que se le sigue a Keith Raniere, jefe de una secta Nxivm que presuntamente esclavizaba sexualmente y quien es acusado por tráfico sexual, lavado de dinero y otros delitos.

A Emiliano Salinas se le identificó como presunto cómplice del jefe de una secta de esclavitud sexual, según documentos legales en poder de Univision.

Dicha revelación fue hecha por la fiscal del caso Moira Kim Penza. Penza señaló que el hijo del ex presidente fue el creador de varias cuentas de correo usadas para desacreditar a los enemigos de la organización.

El año pasado Emiliano Salinas y su socio Alejandro Betancourt Ledesma anunciaron que dejarán la presidencia de la empresa EPS México (Programa de Éxito Ejecutivo), filial mexicana de la estadounidense Nxivm, que fue evidenciada por utilizar prácticas sectarias y de esclavitud sexual con sus clientes.

“Damos por concluidas a partir de este nuestras actividades y colaboración con la marca ESP México, así como nuestra relación profesional y económica con el corporativo Nxivm en Estados Unidos y sus entidades relacionadas”, explicó Salinas en un comunicado.

El también empresario y su colaborador agradecieron a sus clientes y al resto del equipo de EPS México, a quienes desearon el mayor de los éxitos.

Raniere salió de Estados Unidos a fines del año pasado después de que el New York Times reportó las historias de algunas mujeres que desertaron de la hermandad secreta y de que el gobierno comenzó a entrevistar a posibles testigos. Intentó no dejar rastros valiéndose de una dirección de correo electrónico cifrado y se deshizo de su teléfono, según documentos judiciales.

Finalmente fue hallado con varias mujeres en una comunidad de lujo en Puerto Vallarta, en el estado mexicano de Jalisco. Después de que las autoridades lo detuvieron bajo una orden de aprehensión estadounidense, los detectives dicen que las mujeres se dieron a la fuga y fueron perseguidas a alta velocidad.

Raniere y Nxvim han sido blancos de críticas desde hace años, al menos desde 2012, cuando el periódico Times Union de Albany publicó una serie de artículos que analizan a la organización y las acusaciones de que era como una secta. Raniere, de 58 años, se ha declarado inocente de los cargos que lo acusan de usar sus enseñanzas para manipular y explotar a las mujeres como sus “esclavas sexuales”.

Sus abogados insistieron en que sus interacciones con las mujeres, aunque fuera algo inusual, eran consensuales.

Una mujer testificó el 8 de mayo ante un tribunal que poco después de que fue reclutada en una sociedad secreta dentro de un hermético grupo de autoayuda en el norte del estado de Nueva York fue obligada a realizar actos sexuales con el líder.

La testigo ofreció un testimonio descriptivo en el juicio federal en contra de Keith Raniere.

La mujer, una inglesa de 32 años, describió sus experiencias como miembro de una sociedad que las obligaba a ser “esclavas” dentro de Nxivm, un grupo que ha sido comparado con una secta.

Agregó que el “amo” que le fue designado le ordenó reunirse en privado con Raniere, quien la obligó a quitarse la ropa y le hizo sexo oral. Dijo sentirse avergonzada, pero pensó que no tenía otra opción.

A la mujer se le permitió testificar identificándose sólo con su primer nombre para proteger su privacidad.

¿Cómo operaba?

Con NXIVM, que operaba en Estados Unidos, México, Canadá y Sudamérica, Raniere lideraba talleres de autoayuda desde 1998.

Las asistentes pagaban hasta 5 mil dólares por un taller de cinco días y debían firmar acuerdos de confidencialidad, dijo la fiscalía.

Con un séquito de 15 a 20 mujeres, con quienes tenía relaciones sexuales desde el comienzo, es acusado de crear en 2015 un pequeño grupo ultrasecreto llamado “DOS”, totalmente integrado por mujeres y con varios niveles de “esclavas” y “amas”.

Las esclavas debían reclutar a su vez a otras esclavas, sobre todo de NXIVM. Para entrar en DOS, las mujeres debían someter videos, fotos e información comprometedora que luego era utilizada para chantajearlas si querían abandonar la organización.

También firmaron acuerdos para ceder activos o la tenencia de sus hijos a Raniere si rompían el silencio.

Con información de AP y Univision

+Imagen: i24Mujer

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