Israel descalifica acusaciones de genocidio

Redacción

Jerusalén, Israel.- Israel ha desclasificado más de 30 órdenes secretas emitidas por líderes gubernamentales y militares, que refutan la acusación de que el país ha cometido genocidio en la Franja de Gaza y, en cambio, muestran los esfuerzos israelíes para disminuir las muertes entre civiles palestinos.

La publicación de los documentos, cuyas copias fueron revisadas por The New York Times, se produce tras una petición de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, en la que se acusó a Israel de genocidio.

Gran parte del caso de Sudáfrica depende de declaraciones públicas polémicas hechas por líderes israelíes que, según señalan, son prueba de la intención de cometer genocidio.

Parte de la defensa de Israel es demostrar que cualquier cosa que los políticos hayan dicho en público sea rechazada tras decisiones ejecutivas y órdenes oficiales del Gabinete de guerra de Israel y el alto mando militar.

El tribunal, el máximo órgano judicial de la ONU, comenzó a escuchar los argumentos del caso este mes y se espera que proporcione una respuesta inicial a la petición de Sudáfrica, en la que podría pedir un alto el fuego provisional, tan pronto como el viernes.

Desde octubre, Israel ha atacado Gaza en una campaña que ha matado a más de 25 mil palestinos, o aproximadamente 1 de cada 100 residentes del territorio, según funcionarios de salud de Gaza. La ofensiva desplazó a casi 2 millones de personas y dañó la mayoría de los edificios, según la ONU.

La campaña es una respuesta a un ataque liderado por Hamás que provocó la muerte y el secuestro de aproximadamente mil 400 personas en Israel, según funcionarios israelíes.

La Convención sobre el Genocidio de 1948, que Sudáfrica afirma que Israel violó, no define el genocidio únicamente como el asesinato de miembros de un grupo étnico o nacional en particular. Fundamentalmente, dice que los asesinatos deben cometerse “con la intención de destruir” a ese grupo.

“Todo depende de la intención”, afirmó Janina Dill, profesora de la Universidad de Oxford y codirectora del Instituto de Ética, Derecho y Conflictos Armados de Oxford.

Con ese fin, tanto Sudáfrica como Israel se centran no sólo en lo que los líderes y soldados han hecho, sino también en lo que han dicho. La defensa de aproximadamente 400 páginas incluye lo que Israel dice que es evidencia de que buscaba una guerra legal con Hamás y no una campaña de genocidio contra los palestinos.

Entre los documentos israelíes desclasificados se encuentran resúmenes de las discusiones del Gabinete de finales de octubre, en las que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu ordenó el envío de suministros de ayuda, combustible y agua a Gaza.

También ordenó al Gobierno que examinara cómo los “actores externos” podrían establecer hospitales de campaña para tratar a los palestinos, así como que considerara atracar un barco hospital frente a la costa del territorio.

Las declaraciones más afirmativas de Netanyahu fueron hechas en noviembre, según los documentos publicados.

“El Primer Ministro destacó una y otra vez la necesidad de aumentar significativamente la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza”, se lee en un documento desclasificado que, según los abogados de Israel, fue tomado de las actas de una reunión del Gabinete el 14 de noviembre.

“Se recomienda responder favorablemente a la solicitud de EU de permitir el ingreso de combustible”, señala otro documento.

El 18 de noviembre, según las actas desclasificadas de otra reunión, Netanyahu enfatizó “la absoluta necesidad” de permitir que continúe la ayuda humanitaria básica.

Pero el expediente también está muy editado y omite la mayoría de las instrucciones en tiempos de guerra dadas por el Gabinete y el Ejército. Los documentos disponibles no incluyen órdenes de los primeros 10 días de la guerra, cuando Israel bloqueó la ayuda a Gaza y cortó el acceso a la electricidad y el agua que normalmente suministra al territorio.

Si bien el tribunal podría tardar años en llegar a un veredicto, es posible que intente imponer “medidas provisionales” tan pronto como esta semana. Esas medidas podrían incluir una solicitud simbólica (y en gran medida inaplicable) para que Israel cese sus ataques mientras el tribunal delibera.

Para hacerlo, los 17 jueces del tribunal deben encontrar plausible que Israel haya matado a residentes de Gaza con el objetivo deliberado de destruir a los palestinos como grupo, según expertos legales internacionales.

Las acciones que pueden constituir genocidio pueden “ser características de una guerra sin ser genocidio”, dijo Dill. “Por eso es realmente imperativo mostrar esta intención”.

Las decisiones del Gabinete de Israel podrían resultar más relevantes dentro de varios meses, cuando el tribunal comience a evaluar los méritos del caso. Los jueces tendrán que decidir si Israel no tenía otros motivos para matar palestinos además del genocidio, dijeron los expertos.

Pero en la actual etapa de “medidas provisionales”, dijeron los expertos, los jueces sólo necesitan estar convencidos de la plausibilidad de la reclamación de Sudáfrica para ordenar a Israel que suspenda su campaña.

Sudáfrica ha tratado de demostrar una intención genocida citando más de 50 comentarios y declaraciones hechas desde octubre por líderes, legisladores, soldados y comentaristas israelíes.

Entre los citados se encuentran Yoav Gallant, el Ministro de Defensa israelí, quien dijo que Israel estaba luchando contra “animales humanos”; Amhay Eliyahu, ministro de Patrimonio, que sugirió lanzar una bomba nuclear sobre Gaza; el Presidente del país, Isaac Herzog, quien describió a los palestinos como “una nación entera que es responsable”.

Israel también ha presentado al Tribunal un puñado de correos electrónicos entre oficiales militares y trabajadores humanitarios que, según dice, muestran sus esfuerzos por suministrar a Gaza alimentos, medicinas y vacunas.

Si Israel tuviera la intención de destruir en gran escala a la población palestina de Gaza, argumentan los israelíes, no estaría trabajando con la ONU para distribuir ayuda vital.

Con información de El Diario de Juárez