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Ciudad de México.- La tensión que se vive en torno al Necaxa cada vez es más evidente. Hoy aparecieron tres mantas con mensajes fuertes contra los jugadores y el entrenador del equipo a las afueras de Ciudad Universitaria, lugar en donde el conjunto hidrocálido entrenó previo al viaje a Veracruz.
Hasta el momento se desconoce a los autores de éste hecho ya que líderes de las barras del equipo aseguraron que no fueron ellos los responsables.
El conflicto inició con la derrota en Toluca en donde un sector de la afición se metió duramente con Alfonso Sosa y sus jugadores e incluso las agresiones no fueron únicamente verbales, sino que también algunos lanzaron vasos con cerveza al terreno de juego cuando algunos integrantes del equipo se dirigían al vestidor, por lo que el estratega mexicano envió besos hacia ese sector de la grada, provocando la furia de los aficionados rojiblancos.
El segundo capítulo de ésta historia lo protagonizó el defensor Jairo González en el juego ante Tigres en Aguascalientes. El lateral de los Rayos ha sido blanco constante de fuertes críticas, por lo que al anotar el gol con el que los Rayos consiguieron el empate ante los universitarios, festejó llevándose el dedo a la boca en señal de callar a los aficionados y posteriormente colocó su mano junto a su oreja en una acción que seguidores rojiblancos tomaron como ofensiva.
El tercer acontecimiento se suscitó el martes en la llegada del equipo al hotel de concentración al sur de la Ciudad de México cuando un grupo de aficionados encaró a Alfonso Sosa al bajar del autobús, exigiéndole resultados y cuestionándole por el mal paso del equipo, que acumula dos meses sin conseguir una victoria en la liga, sin embargo, el incidente no pasó a mayores gracias a que el estratega mexicano guardo siempre la calma e incluso escucho hasta el final los reclamos.