‘Vega no se detuvo al atropellar’

Terra

Guadalajara.- “Es algo que no puedes asimilar. No puedes creer que una persona con tantos delitos sea la máxima autoridad de Jalisco, siendo el presidente de los tribunales”, dice Alicia Salazar Guzmán.

Pese a que han pasado 32 años, la herida no ha cerrado para su familia luego de que, el 6 de junio de 1984, sufrieron la pérdida de su madre, doña Lola, cuando caminaba por la banqueta y fue atropellada por Luis Carlos Vega Pámanes, en ese entonces de 20 años, quien, de acuerdo a reportes periodísticos, huía tras perpetrar un robo.

“Siempre supimos que acababan de asaltar una joyería, que los venía siguiendo la Judicial. El carro era robado, traían armas”, asegura Alicia.

María Dolores Guzmán de Salazar tenía 52 años cuando Vega Pámanes le quitó la vida en la Colonia Atlas, de Guadalajara, la misma noche en la que también atropelló a la tía de Alicia, María de Jesús Ledezma Ramírez, entonces de 62 años, quien pudo sobrevivir al percance.

Con el deceso de doña Lola quedaron huérfanos ocho hijos, entre ellos Alicia.

“A mi mamá, (Vega Pámanes) la enganchó en la defensa, y él, no obstante, siguió caminando (con el coche) con ella. No se detuvo”, narra.

Alicia, entonces de 16 años, fue una de las primeras en llegar al sitio y ver a su madre herida de muerte.

“Yo lo golpeé, lo golpeé y le dije ‘¡Asesino!’ y todo eso, pero él, pues, estaba como ido porque andaba muy mal. Yo pienso que andaba drogado. Drogado, borracho”, recuerda.

Salazar Guzmán relató que aquella noche, su madre salió de su casa para acompañar y despedir a su tía.

Las mujeres, detalló, escucharon disparos a los lejos, pero decidieron salir a la calle, pues la refriega se oía distante y sólo sería unos cuantos metros afuera de su hogar.

En ese momento, un Volkswagen sedán con Vega Pamanes al volante —acompañado de Gustavo Gómez— a exceso de velocidad sobre la calle Río Mascota se subió a la banqueta y atropelló a las dos mujeres.

“A la tía de mi mamá (quien sobrevivió con heridas graves) la aventó hacia un lado”, recordó Alicia.

El vehículo detuvo su marcha hasta impactarse contra un poste de madera, que tumbó, recuerda.

“Uno piensa que si él se hubiera detenido, a la mejor, no hubiera matado a mi mamá, no hubiera muerto, nomás la hubiera atropellado algo. El hubiera no existe verdad, pero yo siempre lo he pensado”.

Doña Lola, como era conocida, era una persona popular y querida en la Colonia Atlas, por lo que el escape de Vega Pámanes y Gómez fue frustrado por los mismos vecinos.

Según notas periodísticas de la época, antes de atropellar a las mujeres, Vega Pámanes y Gómez atracaron a un estudiante de la Vocacional.

De acuerdo con los reportes, Vega Pámanes posteriormente utilizó un revolver calibre .32 para despojar de un vehículo a otro estudiante de la Facultad de Química de la UdeG.

Las notas también registraron que éstos dispararon contra dos oficiales y que, tras su captura, autoridades les aseguraron 11 mil pesos, 3 relojes y 2 anillos de oro, producto de varios asaltos a transeúntes.

Pero la actual Fiscalía de Jalisco informó que según el expediente, que primero reportaron como extraviado, Vega Pámanes sólo enfrentó cargos por homicidio imprudencial, lesiones y daños.

Aunque los periódicos y el expediente de la Fiscalía sólo mencionan a dos detenidos por el caso, Alicia asegura que iban tres en el vehículo, pero que el tercer cómplice escapó.

Según la documentación oficial, Vega Pámanes fue condenado a cuatro años de prisión, pero sólo pasó cuatro meses porque reparó el daño.

Un escrito en poder de Grupo Reforma con fecha de septiembre de 1984 y firmado por Pedro Salazar Zepeda, esposo de doña Lola, desglosa 131 mil 858 pesos por gastos funerarios y pide el pago por los mismos.

Sin embargo, Alicia recuerda que con frecuencia su padre —quien falleció hace 10 años— se quejaba de no haber obtenido la reparación del daño.

“Mi papá siempre dijo hasta el último momento de su vida que el abogado de mi papá se había vendido con la familia de él (de Vega), que no le habían pagado nada”, expresa.

Incluso, Alicia recuerda que a los tres días de que murió su madre, su hermano menor averiguó el domicilio de Vega Pámanes, acudió y lo vio ahí, lo que le hace dudar de que él haya estado en prisión.