Redacción
Aguascalientes, Ags.- El gobernador del estado el panista, Martín Orozco Sandoval no pasó la prueba del ácido y se llevó una rechifla en parque de beisbol, Alberto Romo Chávez la tarde-noche de este martes.
Unos pocos miles aficionados al escuchar el nombre del gobernante que no vive sus mejores momentos en el tema de popularidad fue silbado cuando el sonido local emitió su nombre.
No obstante el gobernante aplicó la de “al mal tiempo buena cara“ y ante la silbatina levantó el brazo y saludó al respetable para luego sonreír.
En los dos meses recientes Orozco Sandoval ha sufrido fuertes frentazos, primero el pasado 11 de marzo cuando en las elecciones internas, la alcaldesa de la capital, Teresa Jiménez se quedó con la candidatura a la alcaldía capital para buscar la reelección el próximo 2 de junio tras superar por más de 2 a 1 al delfín del mandatario estatal, Julio Medina en la votación de la militancia blanquiazul, lo que sin duda significó una alta traición para el inquilino de palacio mayor luego de que en las últimas 5 elecciones nadie le había soplado al tener prácticamente el control del partido y con los amarres que hacía con los liderazgos en turno incluso sin ellos lograba imponer a sus “gallos“.
Por si fuera poco hace dos semanas fue vinculado a proceso judicial acusado de omisión en desaparición forzada, René Carrillo Durán quien el 9 de enero del año en curso fue destituido como titular de la Comisaría de la Policía Ministerial luego de que en diciembre pasado un pepenador y vendedor de droga fue subido a una camioneta de la Fiscalía General del estado en donde se encontró el teléfono celular del hasta ahora desaparecido narcomenudista.
Las miradas están puestas sobre el gobernante, dado que René Carrillo pese a no cubrir los requisitos para ocupar ese cargo fue puesto por Orozco, luego de que en los primeros 3 meses de su gestión era su jefe de escoltas.
Orozco acudió como invitado para la inauguración cómo local de los Rieleros de Aguascalientes que juegan en la Liga Mexicana de Beisbol.
Ahora parece que a poco más de la mitad de su sexenio, cuando todavía le restan casi 3 años y 7 meses lucen bastante complicados, cuando ordinariamente ahora debería estar en lo más fuerte de su gestión.