Leer historias crea patrones universales en el cerebro

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Estados Unidos.- Una investigación del Instituto del Cerebro de la Universidad del Sur de California (EE. UU.) demuestra que cuando escuchamos o leemos historias (de cualquier tipo), aparecen patrones cerebrales que trascienden la cultura y el lenguaje: un código universal tras la narrativa.

Seguir una narración y entender su significado puede parecernos fácil, pero se trata de todo un desafío cognitivo que nuestro  cerebro orquesta de manera que parezca menos complejo de lo que en realidad es. Y es que seguir una historia, entenderla, implica una acumulación constante de significados.

Para desentrañar las redes involucradas en la comprensión de las historias, los expertos diseñaron un estudio para averiguar si la misma historia pero en diferentes idiomas, activaría regiones cerebrales similares en hablantes nativos de esas lenguas. ¿Sería posible también determinar qué historia estaba siendo analizada solo con ver la actividad cerebral de los participantes.

Para el experimento, emplearon un software desarrollado por el Instituto para las tecnologías creativas de la Universidad del Sur de California, analizando 20 millones de entradas de blogs, incluyendo historias personales. Redujeron las historias a 40, con temas sobre contar una mentira o cómo superar un divorcio. Estas historias fueron finalmente condensadas en un párrafo de 150 palabras. A continuación, las  historias se tradujeron al chino mandarín y al farsi (lengua hablada en Irán).

En total, 90 participantes de ascendencia estadounidense, china e iraní leyeron las historias a la vez que sus cerebros estaban siendo escaneados usando imágenes de resonancia magnética funcional.

Los científicos emplearon técnicas avanzadas de  aprendizaje automático y de análisis de texto, incluyendo un análisis con 44.000 millones de clasificaciones para hacer ingeniería inversa en los datos de las exploraciones.

De esta manera, fueron capaces de determinar qué historia estaba escuchando o leyendo un participante en cualquiera de los tres idiomas seleccionados, únicamente con las mediciones de la actividad cerebral. En otras palabras, los investigadores pudieron leer las mentes de los participantes al leer las historias.

“Incluso teniendo en cuenta las diferencias fundamentales en el lenguaje, como  idiomas que pueden leerse en una dirección diferente o contener un alfabeto completamente distinto, hay algo universal sobre lo que ocurre en el cerebro en el momento en que estamos procesando narrativas“, comenta Morteza Dehghani, líder del trabajo.