El beso de Duterte a una trabajadora filipina en Seúl desata una ola de críticas

El País

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se ha visto envuelto en una nueva ola de críticas después de que durante un acto en Corea del Sur con trabajadores expatriados subiese a una mujer al escenario y la incitase a besarle en los labios. El suceso ha despertado rabia y ha desatado críticas hacia una figura etiquetada como misógina y machista por sus detractores, que en más de una ocasión ha pronunciado comentarios considerados despectivos y degradantes hacia las mujeres.

El incidente ha tenido lugar en Seúl, cuando Duterte llamó a una mujer al escenario y la invitó a recibir un libro que estaba repartiendo a cambio de un beso. “Tienes que pagarme con un beso, ¿estás preparada para besarme?”, le dijo. Mientras la mujer le ofrecía la mejilla argumentando estar casada, Duterte señalaba repetidamente que lo quería en los labios y, tras el beso, le dio un abrazo entre aplausos y ovaciones del público, según mostró un vídeo del canal filipino PTV4. Después comentó que el beso solo fue una “artimaña” para entretener a las cerca de 3.000 personas que asistían al evento.

“No lo toméis en serio. Es solo por diversión, una artimaña”, ha dicho el controvertido presidente de Filipinas. La agencia Philippine News Agency ha identificado a la mujer como Bea Kim y ha publicado una pequeña entrevista con ella en su página de Facebook. “No hubo malicia”. “Para mí, para él, no significa nada”.

No es la primera vez que Duterte se ve envuelto en una polémica de este tipo. Sus controvertidos comentarios machistas incluyen chistes sobre violaciones y han enfurecido a activistas de todo el mundo. Uno de los más graves tuvo lugar en 2016, cuando bromeó sobre el asesinato y la violación de una misionera australiana en 1989, durante la época en que era alcalde de Davao: “Era muy guapa, el alcalde debería haber ido antes, qué desperdicio”. El mandatario también instó este año a los militares filipinos a disparar en la vagina a las rebeldes comunistas.

Pero nada de todo esto parece haber dañado el gran apoyo que tiene dentro del país. Aunque las feministas hayan denunciado lo ocurrido, muchos filipinos lo han considerado como un beso inofensivo que solo quería suscitar hilaridad.

Las defensoras de los derechos de las mujeres en Filipinas han lanzado recientemente una campaña con el hashtag #BabaeAko (soy una mujer) para enviar un mensaje de que no se quedarán de brazos cruzados ante las declaraciones “sexistas” del presidente. “No tienes que besar a esa mujer para entretener a la gente”, ha dicho Joms Salvador, secretario general del Partido de Mujeres Gabriela. “El hecho de que pensar que besar a una mujer entretendría a la gente… es algo realmente enfermo”.

La senadora de la oposición Risa Hontiveros ha dicho que, aunque el beso fue consensual, fue un “abuso grave de autoridad”. Anna Pinili, una feligrés que se considera una devota católica, ha dicho que Duterte tenía buenas intenciones, pero podría haberlo manejado mejor. “Debería haberla besado en las mejillas”, ha afirmado en declaraciones recogidas por Reuters. Raymond Pascual, padre de dos hijos, ha añadido que la gente estaba haciendo demasiado ruido con lo ocurrido, y que era solo un “simple beso”