Descubren en Chiapas especie endémica de lagartija 

Redacción

Chiapas.- En Chiapas, México, un equipo de investigadores ha descubierto una nueva especie de lagartija llamada “Dragoncito de Coapilla” (Abronia cunemica), especie endémica de la cual solo se conocen cinco ejemplares y cuyo descubrimiento fue posible gracias a 30 años de investigación sobre la diversidad de anfibios y reptiles en el país. 

Fueron dos científicos de la UNAM, Adrián Nieto Montes de Oca e Israel Solano Zavaleta, quienes lideraron el hallazgo, con colaboración de expertos internacionales y locales como Adam Clause, gerente de la Colección de Herpetología del Museo de Historia Natural de San Diego, California (Estados Unidos); Roberto Luna-Reyes, de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (SEMAHN), y Oscar Miguel Mendoza-Velázquez, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH).

La nueva especie está separada geográficamente de las especies de Lissabronia y Abaculabronia más cercanas por la Depresión Central de Chiapas. “La pérdida continua de hábitat y otros factores ponen en peligro la nueva especie, lo que nos lleva a proponer su inclusión en múltiples marcos de especies amenazadas. Dado que las Tierras Altas del Norte tienen una escasa cobertura de áreas protegidas”, sostienen los científicos en el estudio publicado en Plos One y reproducido también por la National Library of Medicine y el National Center for Biotechnology Information del gobierno de Estados Unidos.

El “Dragoncito de Coapilla” se distingue por su cola prensil, coloración marrón claro con bandas oscuras y su capacidad para habitar en árboles hasta 40 metros de altura. Aunque su hábitat en el norte de Chiapas parece ideal, su población es escasa y puede estar en riesgo de extinción, lo que resalta la importancia de su conservación.

Esta labor fue realizada, en gran medida, gracias a la secuenciación de ADN, que permite además descubrir las relaciones filogenéticas entre las especies. A lo largo de su carrera, Nieto Montes de Oca, solo o con sus colaboradores, ha logrado describir al menos 20 nuevas especies de anfibios y reptiles. “Los dragoncitos (Abronia) son un género de lagartijas extremadamente difícil de trabajar, porque son muy escurridizas, más de lo normal. A veces uno puede coincidir con ellas de manera fácil y visibilizar tres o cuatro, pero hay días, e incluso semanas, donde no las ves. Entonces este descubrimiento fue de mucho empeño y de mucha inversión en cuestión de tiempo”, dijo Israel Solano Zavaleta.

El dragoncito de Coapilla habita en los árboles del norte de Chiapas; el único macho adulto encontrado pesó 38 gramos y tuvo una longitud aproximada de 12.7 centímetros de largo (sin considerar la cola). Asimismo, se han localizado tres hembras adultas que pesaron 23 gramos y tuvieron una longitud de 11 centímetros de largo (sin considerar la cola).

Al igual que numerosos miembros de su género, su cola es prensil, lo que les permite afianzarse de las ramas y escalar hasta 40 metros de altura. Su coloración es en marrón claro, con bandas transversales oscuras, que a veces se reducen a una serie de manchas, y su cabeza es de color amarillo pálido, con marcas oscuras en formas de flechas; asimismo, carece de escamas supraauriculares protuberantes y de escamas posterolaterales de la cabeza, con formas de casco.

El lugar en la que se encontró la lagartija se caracteriza por tener una gran laguna, y alrededor de ésta hay bosques de pino y encinos. Allí si bien hay población humana y algunas zonas de cultivo, parece ser un hábitat ideal para esta especie. Aunque se trabajó en otras áreas cercanas para comprobar si su distribución era más extensa, no hubo más avistamientos.

Al igual que otras especies, Abronia cunemica probablemente no llega a tener grandes poblaciones, por lo cual es rara y puede estar en riesgo de extinción. De hecho, únicamente se han encontrado cinco ejemplares.

“El problema de las lagartijas del género Abronia es que la mayoría viven en los árboles, y la tala ilegal se ha vuelto un problema muy importante en nuestro país. Por ejemplo, hay datos que señalan que de los bosques mesófilos de montaña que teníamos originalmente en México, únicamente queda el 10 %. Como resultado, este tipo de destrucción tiene consecuencias muy graves para la biodiversidad”, destacó.

Otra cuestión que podría afectar a la Abronia cunemica es el tráfico ilegal de especies. Al ser de colores muy vivos, demasiado llamativas y tener un aspecto similar a los dragones, este tipo de lagartijas están expuestas a que las personas dedicadas a esta actividad de manera ilícita las vean como un buen negocio. Datos de Vida Silvestre Coatl revelan que los contrabandistas las venden hasta en 2,000 dólares.

“Nos han llegado noticias de que algunas especies de lagartijas de este género han sido decomisadas por las autoridades, e incluso hay reportes de otras que llegan a Europa. Esto nos habla de que en el mercado negro son un buen negocio. En los últimos años la comunidad científica ha tenido que ser muy cauta en dar, de manera precisa, las ubicaciones donde encontramos ciertos animales, esto con el fin de protegerlos, porque los capturan y los venden”, manifestó Nieto Montes de Oca.

Debido a que son raras, actualmente se trabaja en un plan cuyo objetivo es cuidar a las lagartijas del género Abronia, incluido el dragoncito de Coapilla. En este plan de conservación se prevé la participación de entidades académicas y gubernamentales.

En México, de acuerdo con datos federales, existen alrededor de 417 especies de lagartijas, siendo la familia Phrynosomatidae la de mayor diversidad, ya que representan 15.9 % del total de especies en la nación.

Debido a que nuestro país es rico en la diversidad de tipos de lagartijas, ambos científicos invitan a la población a no matarlas y buscar los medios para preservarlas. Asimismo, piden a la gente se abstenga de capturar a estos animales si se encuentran con alguno, y en su lugar informar a las autoridades pertinentes acerca del avistamiento para llevar un registro adecuado.

*Con información de WIRED.