¿De qué murió el quemado?

 

Nícolo Machiaevelli Savonarola

El miércoles 3 de junio uno de tantos merolicos radiofónicos, soltó al aire una andanada de incoherencias, zarandajas, improperios y hasta cuasi blasfemias, como ya es su cotidiana costumbre.

Me llamó la atención una de ellas, que casualmente escuché en el transporte colectivo, lo cual debo agradecer al chofer, porque hace referencia a que este día a las doce de la noche concluyen las campañas electorales, asunto en el que todos coincidimos, porque ya vamos a dejar de escuchar todo tipo de sandeces, ataques virulentos y estulticias, como a la que me referiré, y demás yerba.

Textualmente dijo el charlatán de cuenta lo siguiente: …por cierto que hoy terminan las campañas, gracias a Dios, vamos a rezar un padre nuestro ¿está usted de acuerdo conmigo?… (Pronuncia la oración), y luego agrega:… Es un padre nuestro que rezo con mucho respeto y lo rezo como agradecimiento porque hoy se acaban las campañas electorales, es decir que ya no vendrán aquí candidatos que nos dejan con un “olor muy desagradable en la cabina, porque huelen muy mal” y por otro lado ya no vamos a oír los anuncios de esas tonterías. El sábado estaré en Alemania, me voy a perder las elecciones, estoy súper triste porque no voy a poder estar reporteando la elección y la muy interesante e importante elección del próximo domingo“.

Este monologo es digno de comentarse porque en él se pueden apreciar con meridiana claridad las debilidades del ser humano, y este señor no es la excepción. Veamos por qué.

Estoy de acuerdo, como creo lo estamos todos los habitantes de este país, porque por fin vamos a quedar liberados de tanta estridencia electoral vía medios de comunicación electrónicos, como en el que nuestro sujeto de marras hace de las suyas todos los días.

Que bueno que se va a Alemania, pues también la mayoría de escuchas dejarán de oír sus estupideces.

En lo que no estoy de acuerdo con “pico de loro”, es en la parte, esa, donde dice: ya no vendrán aquí candidatos que nos dejan con olor muy desagradable en la cabina, porque huelen muy mal”. Qué barbaridad tan bárbara, estará diciendo desde su sepultura mi abuela la desalmada, y es que decir algo así, por alguien así, y en un medio así, es más que una estulticia, es ante todo una falta de respeto, pero también es, de alguna manera, una violación a las más elementales reglas de urbanidad, cortesía, educación, comedimiento, atención y buen modo, e incluso hasta a la ley de radio y televisión.

Pero eso no es lo preocupante, que lo es, sino el contexto en que se da el suceso, puesto que siendo un medio concesionado está sujeto al cumplimiento de normas legales y sociales, pero además, este aprendiz de merolico olvida que está en ese medio, merced a los favores dispensados por ex candidatos que en su momento llegaron a ocupar altos cargos en la administración pública federal y local. Y le preguntaría si también esos señores, dejarían el mal olor en su cabina, porque supongo que como aquellos, estos también huelen muy mal. Debería responder a la sociedad el por qué dijo lo que dijo.

A mí me parece que en el fondo de su corazoncito, lo que quiso decir: ¿dónde y cuándo llegué a escuchar esto? Es que el único olor que él puede soportar, es el del dinero, pues como bien sabemos, todo lo relativo a la propaganda electoral por medios electrónicos es a través del tiempo aire que pertenece al Estado Mexicano, y que por ley, una pequeña parte se distribuye de manera igualitaria a todos los candidatos y a todos los partidos políticos. Sabemos que a partir de esa reforma legal, los medios en cita dejaron de percibir millonadas de pesos por ese concepto. Este es el fondo del asunto y no otro. Verdad que sí mi “pico de loro”.

Y cuasi para finalizar le diría ¿remember la respuesta de Otto Granados a tus cometarios acerca de él?

Moraleja: En boca cerrada no entran moscas, o lo que es lo mismo, calladito te ves más chulito lorito.

Y respecto a su “fina ironía” con la que se puso a rezar y despotricar contra esas personas que apestaron su cabina, le digo que su ironía con ironía se paga.

Quizá “pico de loro” se pregunte con el rico y florido lenguaje de que es poseedor. ¿Y este Güey por qué me está diciendo lo que me dice?

A lo que yo le respondería: Búscate, ráscate y ojalá te encontrés…

Y como dijo José Alfredo: …Se me olvidaba qué…. Como decía su progenitor: Son la siete de la mañana, ¿sabe usted qué están haciendo sus hijos? (Él Solía decir: Son la diez de la noche, ¿sabes usted dónde andan sus hijos?) Fin.