Cardenales fijan el 7 de mayo para iniciar el Cónclave en el Vaticano

Redacción

El próximo miércoles 7 de mayo comenzará el Cónclave para elegir al 267º Sucesor de Pedro, según acordaron este lunes los más de 180 cardenales reunidos en la V Congregación General celebrada en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano. La elección se realizará en la Capilla Sixtina, que permanecerá cerrada al público durante el proceso.

Durante la Congregación General, se presentaron 20 intervenciones en torno a los retos que enfrenta la Iglesia, su relación con el mundo contemporáneo y las cualidades que deberá tener el nuevo Papa para responder a estos desafíos. Además, fueron elegidos los cardenales Reinhard Marx, Luis Antonio Tagle y Dominique Mamberti para asistir al Cardenal Camarlengo en la administración temporal de la Sede Vacante.

La normativa que rige el Cónclave está estipulada en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II y actualizada posteriormente por Benedicto XVI. Esta establece que el proceso debe comenzar entre el decimoquinto y el vigésimo día tras la muerte del Pontífice. No obstante, el Colegio Cardenalicio tiene facultad para adelantarlo si todos los electores ya se encuentran presentes en Roma.

En los próximos días, se espera la llegada de cardenales provenientes de distintos puntos del mundo, quienes se alojarán en la Casa Santa Marta, residencia que fue elegida por Francisco para vivir durante su pontificado.

El 7 de mayo por la mañana se celebrará la Misa “pro eligendo Pontifice” en la Basílica de San Pedro, presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio. Por la tarde, los cardenales se trasladarán en procesión a la Capilla Sixtina, donde invocarán al Espíritu Santo con el canto del Veni, Creator Spiritus y prestarán juramento antes de iniciar las votaciones.

Cada jornada incluirá hasta cuatro escrutinios, dos por la mañana y dos por la tarde. Para que la elección sea válida, un candidato debe obtener una mayoría de dos tercios. Si tras 33 o 34 votaciones no hay resultado, se realiza una segunda vuelta entre los dos cardenales más votados, aunque siempre manteniendo el requisito de la mayoría cualificada.

Una vez elegido, el nuevo Papa aceptará formalmente el cargo y anunciará el nombre pontificio con el que será conocido. Posteriormente, se quemarán las papeletas, y la fumata blanca indicará a los fieles en la Plaza de San Pedro que ya hay un nuevo Pontífice.

Finalmente, tras vestir los ornamentos papales en la llamada “Sala de las Lágrimas” y recibir el homenaje de los cardenales, el nuevo Papa se presentará al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro con el tradicional anuncio: Habemus Papam, seguido de la solemne bendición Urbi et Orbi.