Redacción
El ministro de Inmigración de Canadá, Sean Fraser, fue simple: “Necesitamos a más personas”. El funcionario presentó los planes para recibir a cerca de 1.4 millones de migrantes en los próximos tres años.
El objetivo de esta medida es reducir la brecha laboral que existe en el país, donde decenas de miles de empleos disponibles no han podido ser cubiertos desde la pandemia de Covid-19.
Los números en este sentido son paradójicos en Canadá: mientras registran un total de 950 mil vacantes en distintos sectores, también hay un millón de personas desempleadas.
La brecha está creada porque la mayoría de ellas no tiene las herramientas o las habilidades para poder cubrir esas vacantes o, como sucede en algunas regiones, no viven en las áreas donde se necesitan trabajadores en el momento.
A este fenómeno, de acuerdo con lo señalado por el gobierno, también se suma que cada vez más ciudadanos canadienses se retiran de sus trabajos, lo que ha creado un vacío que no ha sido posible llenar.
Aunque el gobierno señaló que la falta de mano de obra calificada impacta en todos los sectores de la economía canadiense, las cifras de los análisis gubernamentales señalan que uno de los más afectados es la prestación de servicios médicos. Y a este sector le siguen la construcción, manufactura, hotelería y turismo, que incluye a los restaurantes.
“Necesitamos más trabajadores en todos los sectores en todas las regiones del país, independientemente de si se trata de trabajadores de atención médica de primera línea, conductores de camiones, constructores de viviendas o ingenieros de software”, dijo.
De acuerdo al anuncio de Fraser, Canadá espera recibir a 465 mil nuevos residentes permanentes en 2023, 485 mil en 2024 y llegar hasta los 500 mil para el año 2025.
Con información de BBC