Aumentan casos de miopía en niños. Así se puede prevenir

Redacción

En los Estados Unidos, alrededor del 40% de los adultos son miopes, frente al 25% en 1971. Las tasas se han disparado de manera similar en el Reino Unido.

Pero su situación palidece en comparación con la de los adolescentes y adultos jóvenes en Corea del Sur, Taiwán y China continental, cuyas tasas de prevalencia oscilan entre el 84 % y el 97 %.

Si continúan las tendencias actuales, la mitad de la población mundial será miope para 2050. Y el problema parece estar propagándose a un ritmo más acelerado que nunca.

En los niños, puede afectar sus capacidades de aprender en la escuela y de disfrutar de la vida diaria, además de prepararlos para futuros problemas de salud ocular.

Para hacer peor la situación, aunque la edad típica para que un niño desarrolle miopía es entre los 8 y los 12 años, ahora se están empezando a volver miopes a una edad más temprana.

Entre más temprano desarrolle un niño la miopía, más probable es que desarrolle una miopía severa en la edad adulta. Ésta, a su vez, puede amenazar su visión al causar problemas relacionados con diferentes partes del ojo, como glaucoma, desprendimiento de retina, cataratas y maculopatía miópica.

Si bien los antecedentes familiares de miopía aumentan el riesgo de que un niño la desarrolle, un caso puramente genético de miopía es raro, dice Neema Ghorbani-Mojarrad, profesora de la Universidad de Bradford en el Reino Unido y optómetra registrada.

En cambio, se cree que los factores del estilo de vida son más significativos, en particular, la falta de tiempo al aire libre y el enfocarse en objetos cercanos durante períodos prolongados de tiempo a través de actividades como la lectura.

La paradoja es, por supuesto, que la lectura es realmente buena para los niños. La alfabetización, y la escolarización en general, son cruciales para su bienestar y perderlos puede causar daños duraderos.

En países como Japón, Corea, Vietnam, China, Hong Kong y Singapur tienen tasas muy altas de miopía: “También tienen un gran éxito educativo. Es un fenómeno cultural complicado”.

En muchas partes del mundo, proporcionar un par de simples anteojos puede cambiar la vida. La estrategia de prevención más efectiva, según la evidencia, también está poco relacionada con la tecnología y se puede aplicar en todos los países, independientemente de su riqueza o recursos: más tiempo al aire libre.

Los investigadores todavía están estudiando por qué estar al aire libre y tener luz natural ayuda a prevenir la miopía, pero por ahora, la conclusión más importante pareciera ser que sí lo hace. El desafío es lograr que los niños aprovechen este impulso natural.