Así daña la contaminación a tus ojos todos los días 

Redacción

El síndrome de ojo seco afecta al 70% de jóvenes y adultos a nivel mundial y al 36% de las personas entre 18 y 44 años en México. Entre el 20% y 30% de los casos están directamente relacionados con factores ambientales como la contaminación y el aire seco.

Este padecimiento, a menudo subestimado, se manifiesta con ardor, enrojecimiento, sensación de arena en los ojos y fatiga ocular. De no tratarse, puede comprometer la salud visual a largo plazo.

Durante las contingencias ambientales, la exposición a partículas contaminantes, ozono y gases irritantes altera la película lagrimal. “Durante las contingencias, los ojos se exponen a partículas suspendidas, ozono y gases irritantes. Estas sustancias alteran la película lagrimal”, explica René Barona, fundador de la Clínica del Ojo Seco.

Factores como el uso prolongado de cubrebocas, el calor, la baja humedad interior y la deshidratación también contribuyen al aumento de los síntomas.

Aunque las lágrimas artificiales ofrecen alivio temporal, la clave está en tratar el origen del problema. Una opción efectiva es el tratamiento con luz pulsada intensa regulada (IRPL), que estimula las glándulas de Meibomio, mejorando la calidad de la lágrima.

“El abordaje debe ser personalizado. No se trata solo de aliviar los síntomas, sino de entender qué los está provocando”, enfatiza Barona. Ante síntomas persistentes, se recomienda acudir al especialista.

Finalmente, Barona advierte: “Cuidar los ojos también es proteger la salud frente a la contaminación. El ojo seco es más que una molestia pasajera: es un llamado de atención del cuerpo para tomar medidas.”