VIDEO: Simpatizante de Trump golpea a negro; me gustó partirle la madre, dice

Excelsior

Carolina del Norte, E.U.- ¿Qué dijo el estadunidense anglosajón que golpeó a un joven negro en el último rally de Donald Trump? “Obviamente me gustó partirle la madre a ese trompudo…ni siquiera sabemos si es de Isis… la siguiente vez que lo veamos, probablemente tengamos que matarlo”, dijo.

John McGraw, anglosajón, de 78 años, nació y creció bajo un periodo de esclavitud y segregación referido como Jim Crow, popular en el sur de Estados Unidos y prominente en su estado natal: Carolina del Norte, donde quemaban y ahorcaban negros en las plazas públicas en los años cincuenta y sigue siendo una de las capitales donde el Ku Klux Klan y organizaciones supremacistas mantienen un apoyo popular.

McGraw, vestido de vaquero texano, con camiseta rosa y ropa de piel, golpeó a Rakeem Jones, de 26 años, negro, cuando este subía las escaleras en un acto de protesta contra el racismo de Trump dentro del último rally que el candidato a presidente realizó, este jueves, en el pueblo “redneck” (pobre, agricultor y racista) de Fayatteville.

¿A quién arrestaron los ocho policías blancos presentes?, ¿Al viejo blanco que inició la violencia o al negro, víctima golpeada, mareada, que se estaba cayendo en las escaleras y no respondió al ataque?

Frente a decenas de personas, policías, periodistas y cámaras de espectadores que grabaron este incidente el hombre blanco no fue ni detenido, molestado o interrogado por ningún policía.

“McGraw no pudo ser localizado”, por todo el aparato policiaco, público y privado, que Donald Trump pagó para mantener en su precinto en paz, preciso, aventuroso, excusándose a sí mismo el sheriff Earl Butler.

¿El racista, se escondió, huyó, camuflajeó para evitar ser arrestado? Al contrario, otorgó una entrevista al portal Inside Edition (http://goo.gl/N5rAQZ) después del rally, en el mismo lugar donde golpeó al negro, minutos antes de salir por la puerta principal listo para dormir tranquilo.

¿CÓMO LO DETUVIERON?

Fue el poder de “Black Twitter” (presión afroamericana para señalar injusticias en redes sociales), que inició una campaña para presionar a las autoridades y a la policía del Condado Cumberland, predominantemente anglosajona, para que identificarán y detuvieran al viejo racista.

Tomó miles de tweets y retweets por parte de @ShaunKing, @DeRay, @Nettaaaaaaaa y otros líderes del movimiento Black Lives Matter, para que el sheriff Earl Butler finalmente encontrara al anglosajón McGraw.

Sin más preámbulo, el sheriff explica cómo sus ocho policías blancos, todos, de manera coordinada, “estaban mirando para abajo asegurando sus pasos para no caerse”.

Y mientras tanto. “McGraw golpeó a la víctima, pegándole en la cabeza y en la cara. Mis policías, que no vieron este asalto, continuaron subiendo escalones con la víctima, antes de escoltarla afuera del Coliseo. Después de estos eventos, McGraw no pudo ser localizado”, precisó.

Dentro del lenguaje políticamente correcto, repetido, vulgarizado acríticamente por los grandes medios de comunicación estadunidenses, el video evidencia que el proceso de “escoltamiento” fue acompañado por un segundo asalto-ridiculización policíaco.

Este video, televisado en CNN, BBC, NBC, ABC, prensa, radio y portales online globales, no es prueba siquiera para llamar al violento “culpable”, apenas se le refiere como al anglosajón.

MCGRAW COMO UN “SOSPECHOSO”

“Cuéntenme entre los que estamos verdaderamente perturbados e incluso horrorizados” por este incidente, dijo Hillary Clinton en una entrevista con Rachel Maddow de MSNBC’s.

El sheriff, autoridad, jefe de la justicia estadunidense, terminó reconociendo que “nadie debería estar sujeto a un acto tan cobarde y sin provocación como el que cometió McGraw… espero que la corte tome este asunto con la severidad apropiada dado las tremendas y severas violaciones a los derechos de la víctima”, refiriéndose al afroamericano atacado.

Solamente será consignado por ataque físico. “Ni siquiera sabemos si es de Isis… la siguiente vez que lo veamos, probablemente tengamos que matarlo”, no se consideró como amenaza a la integridad o seguridad personal y, por lo general, estas declaraciones son protegidas bajo la primera enmienda, precepto de libertad de expresión, estadunidense.

COINCIDENCIAS, ¿O REPETICIONES HISTÓRICAS?

El rally de Donald Trump, en Fayatteville, Carolina del Norte, sucedió a tres horas de Charleston, Carolina del Sur, donde el supremacista blanco Dylann Roof asesinó a nueve negros en una iglesia afroamericana en Junio del 2015 y donde otro afroamericano, Walter Scott, fue asesinado por un policía anglosajón en abril del 2015.

Los policías le compraron hamburguesas de Burger King al terrorista, porque tenía “hambre”. Al policía asesino, le cubrieron sus mentiras en corte hasta que un video evidencio y condenó su crimen.

La historia de estos estados muestra que no es coincidencia ni novedad que un anglosajón se enorgullezca por “partirle la madre” y amenace con “matar” a un negro por cualquier motivo.

Las últimas estadísticas sobre racismo mencionan que un 31% de los seguidores de Trump en Carolina del Sur consideran que la raza blanca es superior la negra y, evidentemente, a la de los morenos y mexicanos, menciona un artículo del New York Times publicado hace tres semanas.

A nivel nacional, un 20% de sus seguidores “no creen que los esclavos (negros) deberían haber sido liberados después de la Guerra Civil”, de 1861, también conocida como una guerra por mantener la esclavitud y segregación racial en el sur y oeste estadunidense.