Tres religiosos de Aguascalientes sentenciados por abusos sexuales en lo que va del siglo

Gilberto Valadez

Aguascalientes, Ags.- Con la sentencia de más de 30 años de prisión en contra de Flavio Ibarra Pedroza, suman tres casos de religiosos vinculados a la Iglesia católica en Aguascalientes considerados criminales confesos por la ley, tras haber abusado de menores de edad.

Las estadísticas aunque son pocas, sí son variables, pues lo mismo se encuentra el antecedente de una monja vinculada a abusos en un orfanatorio y que fue dado a conocer por medios locales.

Incluso se tiene hasta el hecho de un sacerdote quien fue encarcelado por abusos y que luego de haber sido liberado, volvió a oficiar sin mayor problema.

El sentenciado

A mediados de la semana se confirmó la sentencia condenatoria en contra del cura Ibarra, a quien se le dictaminaron 32 años de cárcel, después de comprobársele los delitos de atentados al pudor, violación y corrupción de menores.

Se confirmó que Ibarra se había valido de métodos como llevar al cine a un menor donde llegó a hacerle tocamientos, hasta invitarle bebidas embriagantes en plena Feria de San Marcos, para de igual manera aprovecharse de esa situación.

Los hechos habrían ocurrido en reiteradas ocasiones durante los años entre 2013 a 2017, por lo cual fue recluido en el centro penitenciario local.

La sentencia en sí no marca un antecedente en la materia, aunque sí es la más amplia de su tipo contra un religioso en Aguascalientes.

La Religiosa

El primer caso reciente de una sentencia dictada en Aguascalientes contra un representante de la Iglesia católica por casos de violación fue contra una monja. El caso de la hermana María Esther Guevara, vinculada a abusos en el orfanato Ciudad de los Niños, al sur de esta capital.

El hecho se destapó en medios locales durante la primavera del año 2000 y además de la religiosa involucró a otros dos varones que realizaban labores como prefectos. Poco después, Guevara fue detenida y en las indagaciones se les comprobaron sus delitos.

La sentencia llegó el 5 de octubre de 2001 cuando se le dictó una condena de tres años y tres meses a la monja; a uno de los prefectos se le aplicó una sanción de hasta 12 años por violación equiparada y corrupción de menores en agravio de cuatro niños.

Se dijo que la monja había abusado hasta de 13 menores de edad, al interior de la Ciudad de los Niños.

“Defenderlo como una madre”

A inicios de 2003, fue detenido el sacerdote Alejandro Cervantes Gallardo, quien realizaba labores en la parroquia de la Santa Cruz, del fraccionamiento Martínez Domínguez de esta capital. Cervantes fue acusado de abusos reiterados en contra de varios menores. A finales de año, el cura fue sentenciado a cuatro años de prisión.

Sin embargo, para septiembre de 2006, Cervantes Gallardo ya había sido liberado. Pero no solamente eso, sino que además se le permitió volver a oficiar el sacerdocio; aunque lejos de esa ciudad.

Para esas mismas fechas, estaba asignado como párroco en el poblado de Matancillas, perteneciente al estado de Jalisco, aunque integrado a la diócesis católica de Aguascalientes.

Cervantes tuvo entre sus defensores al entonces obispo de Aguascalientes, Ramón Godínez Flores. El 24 de enero de 2003, Godínez Flores declaraba a los medios: “así como la madre defiende a su hijo, así debo yo defender al padre, hasta que se haga santo”.  El 25 de septiembre de 2006, el jerarca justificó que no había quejas por parte de los feligreses de Matancillas.

Lo último que se supo públicamente de Cervantes Gallardo fue que se encontraba en un asilo de esta ciudad, según una nota publicada por el diario Milenio, en abril de 2010.