Trabajos de exploración revelan nuevos secretos en Teotihuacán

La Jornada

CDMX.- Los recientes trabajos de exploración en el túnel del Templo de la Serpiente Emplumada, en la zona arqueológica de Teotihuacán, revelaron una estructura que podría tratarse de un juego de pelota, el primero de la antigua orbe. Además, se sospecha que los restos de gobernantes pudieron haber sido desenterrados de ese lugar por sus habitantes.

El arqueólogo Sergio Gómez Chávez, director del Proyecto Tlalocan, expuso nuevas hipótesis sobre el túnel hallado en 2003 y el simbolismo de la Ofrenda 48, durante su participación en la sexta Mesa Redonda de Teotihuacán, que se realiza en el Estado de México.

Más de 60 especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y otras instituciones han realizado las labores en el pasaje subterráneo de 102.64 metros de longitud, que ha sido estudiado casi en su totalidad, se informó en un comunicado.

Un teotihuacano, nacido en los primeros años de nuestra era, se habría encontrado ante un pasaje mágico al bajar y recorrer el amplio túnel sagrado: un lecho de agua permanente, un cielo que simula la negrura del inframundo y tres cavernas que aparentan un paisaje montañoso, así como las tumbas de los primeros gobernantes.

Esta representación del inframundo edificada en una época anterior al año 70 u 80 d.C., según el fechamiento por carbono 14, era un sitio donde los gobernantes descendían para “hacerse del poder y el conocimiento de sus deidades y ancestros. De ahí que pese a no haber encontrado una tumba en el túnel, no se descarta que el sitio alojara restos de algún jerarca”.

Actualmente, señaló el experto, se realizan pequeñas excavaciones vinculadas con calas estratigráficas. Aunque se siguen localizando ofrendas, son “mínimas en volumen y elementos”, por lo que se anticipa que en 2018 concluyan las exploraciones.

De acuerdo a Gómez Chávez, el antiguo túnel habría sido contemporáneo de otras dos estructuras: un edificio previo que subyace al actual Templo de la Serpiente Emplumada y una cancha de juego de pelota, ésta última aún como probabilidad.

La teoría refiere que una estructura de 123 metros de longitud, orientada de norte a sur y localizada en 2011, pudo alojar una cancha, hipótesis basada en la evidencia de una pelota de piedra hallada dentro de ese espacio, un yugo de piedra (implemento asociado a dicho juego), así como múltiple pelotas de hule pertenecientes a la Ofrenda 46.