Redacción
Desde escoger qué ropa ponernos, hasta decidir si presionamos el botón rojo o no, siempre tendremos que elegir. Si te cuesta mantenerte concentrado o incluso despierto durante el día, es posible que estés combatiendo la fatiga por decisión.
¿Qué es la fatiga por decisión?
Es la idea de que nuestra fuerza de voluntad y capacidad para tomar buenas decisiones se deteriora después de un período prolongado de toma de éstas. En pocas palabras, es la disminución de energía y enfoque que experimentamos después de tomar demasiadas decisiones.
Nos sentimos agotados y aunque nos guste tener opciones, tener que tomar demasiadas decisiones en un corto período de tiempo puede llevarnos a escoger la menos conveniente.
La fatiga por decisión, es diferente de la fatiga física. No somos conscientes de que estamos cansados, pero tenemos poca energía mental.
Cuantas más decisiones tomemos durante el día, más difícil será para nuestro cerebro y, finalmente, éste se rendirá y buscará atajos, una recompensa más inmediata.
¿Qué podemos hacer sobre la fatiga por decisión?
Debemos buscar formas de contrarrestar los factores que influyen en la fatiga por decisión, desde proteger nuestro enfoque y fuerza de voluntad hasta asegurarnos de que nuestros niveles de energía sean altos durante el día.
1. Establece rutinas diarias que minimicen la toma de decisiones
Desde el momento en nos despertamos hasta que nos vamos a la cama, todas las decisiones que tomamos afectan nuestra fuerza de voluntad. Cuantas más decisiones tomemos, más agotado mentalmente nos sentiremos,
En cambio, cuanto más decisiones automaticemos, más energía podremos ahorrar para las cosas importantes. Cuando tienes una rutina, eliminas la necesidad de decidir qué harás en ese momento.
2. Disminuye tus opciones
Muchas de las decisiones que tomamos diariamente son tan pequeñas que ni siquiera nos damos cuenta que las tenemos que tomar. Por ejemplo, decidir qué ponernos, qué comer y qué leer, son todas decisiones.
Y todo se complica más cuando tenemos muchas opciones. Como humanos, queremos tener opciones pero no queremos tener que elegir.
¿Cuándo minimizar nuestras opciones y tener qué elegir? Puede empezar por comer el mismo desayuno o almuerzo todos los días, pedir el mismo café, usar el mismo estilo de ropa todos los días o preparar parcialmente tu comidas con anterioridad.
3. Planea tu tiempo con «time-blocking»
Puedes maximizar tu tiempo y limitar tus decisiones utilizando «time-blocking«, un ejercicio simple de productividad en donde lo único que necesitas es un calendario. Es la práctica de programar todo tu día, incluyendo el tiempo de estudio, los proyectos de trabajo y el tiempo personal.
Al comprometernos con anticipación con una tarea específica, estamos estableciendo prioridades y plazos para nosotros mismos, dejamos que nuestro calendario sea el líder, de esta manera no tenemos que pensar en qué debemos hacer a continuación o en qué concentrarnos.
4. No tomes una decisión cuando estés cansado o hambriento
Puede parecer un consejo obvio, pero el hambre está científicamente vinculada a su deseo de tomar decisiones impulsivas. Para evitar tomar malas decisiones, especialmente cuando se trata de asuntos importantes, reconoce tu nivel de energía.
Recuerda, una buena noche de sueño y una buena nutrición también son importantes para agudizar nuestras habilidades de toma de decisiones.
Con información de Grupo Geard