Redacción
Morelia, Mich.- Sin agua potable se encuentran al menos 20 comunidades purépechas y muchas otras a punto de agotar sus recursos hídricos; derivado principalmente por la tala clandestina, que ha acabado con casi 60 por ciento de los bosques de Michoacán en 20 años, así como por los cambios de uso de suelo, sobre todo para cultivar aguacate.
La autoridad comunal de Santa Rosa, Gilberto Diego, precisó que las poblaciones que tienen serios problemas para abastecerse de agua son del municipio serrano de Los Reyes, entre éstas, Santa Rosa, San Isidro, San Marcos, San Benito y San Luis; de ahí que en temporada de lluvias la almacenan en aljibes y tinacos, o la acarrean con burros desde localidades vecinas, e incluso la compran a particulares que la distribuyen en carretas.
Por su parte el dirigente del Consejo Supremo Indígena de Michoacán, Pável Guzmán, comentó que en San Isidro había un pozo rústico que abastecía a ese poblado y a sitios vecinos de agua terrosa, pero ya se agotó; siendo el problema más grave en la meseta ya que en partes altas de la sierra se capta mucha agua de lluvia, pero corre hacia partes más bajas, entre ellas los municipios de Uruapan y Chilchota.
Pese a que la situación es crítica, pequeños propietarios aún saquean bosques y nadie los frena; desde hace décadas, muchas familias de esta región vendieron sus recursos forestales y otras que conservan pinos son víctimas de grupos criminales que saquean madera, destacó el dirigente purépecha.
Expuso, asimismo, que los municipios de Paracho, Charapan, Tzintzuntzan, Tingambato y Nahuatzen, entre otros, comienzan a sufrir escasez de agua, y casi todas las comunidades purépechas han perdido más de 60 por ciento de sus recursos forestales, que ayudan a preservar las fuentes de agua.
María Méndez, habitante de la comunidad de Zacán, municipio de Los Reyes, comentó que desde hace años su familia tiene una huerta de aguacate, como casi todas las familias del poblado, “pero estamos conscientes de que derribamos el bosque. Había unos pinos de más de 100 años, y toda la región está igual. Mi padre dijo que no falta mucho para que nos quedemos sin agua”.
Es de relevancia puntualizar que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 16 mil 710 viviendas michoacanas habitadas por indígenas no tienen drenaje, y 4 mil 230 carecen de agua potable.
Por lo que Pável Guzmán agregó “exigimos a los gobiernos federal y estatal que garanticen el derecho humano al agua en las comunidades indígenas de Michoacán, muchas de las cuales continúan marginadas y olvidadas”.
Apuntó además que cultivar frutos rojos (fresa, arándano, frambuesa y zarzamora) y aguacate requiere de mucha agua, por lo cual los productores recurren a tomas ilegales de manantiales y han construido ollas, pero contaminan el agua.
Para concluir Guzmán refirió que en zonas purépechas y en la región otomí, en el oriente de Michoacán, se hace mal uso del agua; un ejemplo de ello el caso de San Matías El Grande, municipio de Hidalgo, donde “hay más de 100 personas, niños y adultos, que requieren diálisis y hemodiálisis por el agua que consumen”.
*Con información de La Jornada