Redacción
El primer día del Cónclave concluyó este miércoles sin que los cardenales electores lograran un consenso para elegir al nuevo Papa, como lo indicó el humo negro que emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina tras una única votación prolongada durante más de tres horas.
La señal, esperada por fieles y medios de todo el mundo, confirmó que la Iglesia católica, con mil 400 millones de miembros, seguirá en espera de un nuevo líder espiritual. El humo negro indica que ninguno de los candidatos propuestos alcanzó la mayoría de dos tercios requerida. Sólo cuando haya un Papa electo, la señal cambiará a humo blanco acompañado del repique de campanas.
La siguiente ronda de votaciones se reanudará la mañana del jueves, con posibilidad de realizar hasta cuatro sufragios diarios: dos por la mañana y dos por la tarde, en caso de que no se alcance un acuerdo en las primeras sesiones.
A pesar de las especulaciones previas, no ha surgido un favorito claro. Figuran entre los posibles sucesores al trono de San Pedro el cardenal italiano Pietro Parolin y el filipino Luis Antonio Tagle. Sin embargo, si ambos se estancan en los apoyos, los votos podrían comenzar a reconfigurarse en torno a otros nombres, atendiendo a criterios como la geografía, las afinidades doctrinales o las lenguas compartidas entre los cardenales.
En esa segunda línea de aspirantes se mencionan al francés Jean-Marc Aveline, el húngaro Peter Erdo, el estadounidense Robert Prevost y el también italiano Pierbattista Pizzaballa, actual patriarca latino de Jerusalén.