Un sentido reconocimiento ante familiares y cientos de personas por su labor durante su paso por la Policía Municipal a lo largo de 20 años fue el que hizo el secretario de Seguridad Pública del Municipio, licenciado Antonio Martínez Romo en representación de la Alcaldesa Tere Jiménez Esquivel a este invaluable elemento al que considero como ejemplar al mostrar siempre lealtad, honor y servicio a la sociedad del Corazón de México.
Como era de esperarse la gente acudió en un nutrido grupo a la ceremonia religiosa que se celebró en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe de donde salieron los restos del uniformado que se desempeño en la Delegación Morelos hacia el panteón Asunción del municipio capital.
Posteriormente en el marco de una sensible ceremonia desarrollada en el Panteón Municipal, Martínez Romo resaltó los riesgos que enfrentan los policías en el cumplimiento de su deber, sin embargo manifestó que la sociedad debe de estar tranquila porque cada uno de los policías que conforman la Policía Municipal de Aguascalientes siempre laboran bajo los principios de lealtad, honor, disciplina y sacrificio.
Ante varias decenas de familiares y amigos en su breve intervención y notablemente consternado el Secretario de Seguridad Pública Municipal puntualizó que la seguridad siempre tendrá un costo para el policía y éste lo pagara con sangre y lágrimas, el que indudablemente el día de hoy se pago en efectivo, al perder a un compañero.
Así también aseguró a la esposa e hijos del compañero caído la comprensión y apoyo total de la institución para velar por su futuro tal como lo ordenaron las autoridades municipales no sin antes hacerle entrega de la Bandera de México que cubrió el feretro del compañero Guerra Jímenez, por haber sido un ciudadano y policía ejemplar.
El Comisario General reafirmó que la Policía Municipal de Aguascalientes trabaja
al límite de sus capacidades para seguir defendiendo la libertad, la vida y la tranquilidad de la sociedad aguascalentense a costa de su propia vida.
Acto seguido, se dio paso al pase de lista, detonación de las balas de salva en honor del compañero caido y el toque de diana que permanecio por unos momentos acompañando al feretro a su última morada para luego dar paso al ulular de las sirenas.