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BRUSELAS.- Peter, Lukas y Laurence pensaron por un momento que se habían convertido en héroes y que serían millonarios.
Los niños holandeses, de entre 9 y 10 años de edad, reportaron la semana pasada a la Policía de Ermelo, una localidad de sólo 25 mil habitantes ubicada al este de Ámsterdam, haber ubicado a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Si bien sintieron miedo al proceder ante la justicia, los 3.5 millones de euros ofrecidos por el Gobierno mexicano a quien dé pistas del paradero del narcotraficante los armaron de valor.
“Pensé que era el capo de la droga de México. Era un hombre teñido y con un bigote. Lo había visto en el periódico. Se parecía bastante”, dijo uno de los chicos al noticiario de radio y televisión Omroep Gelderland.
“Sabíamos que era un hombre peligroso, pero no nos dio mucho miedo”, agregó otro de los menores.
El presunto delincuente había sido ubicado en un estacionamiento cuando los niños pasaban en sus bicicletas.
Tan pronto llegaron a su casa marcaron a la Policía para dar detalles de la ubicación.
Tratándose de un criminal de fama global, la Policía de inmediato mandó una patrulla.
El reporte resultó falso.