¿Qué preguntarnos para evitar un fraude inmobiliario?

En muchas ocasiones, el exceso de ilusión por comprar una vivienda puede llevarnos a caer en un fraude inmobiliario. Encontrando supuestos como la ocultación de desperfectos o propiedades ilegítimas, un delito que debemos prevenir con algunos consejos para evitar grandes repercusiones. Más aún, en un momento tan especial como lo es dar con el hogar ideal. 

Cómo sortear el fraude inmobiliario

Por más buena fe que podamos depositar en nuestros conciudadanos, incluso el sector inmobiliario no está exento del fraude y la estafa. Comprar una vivienda es uno de los movimientos más decisivos y delicados de nuestra vida, por lo que a menudo la ilusión puede nublar el juicio invitándonos a caminos cuya sombra parece atenuarse por la luz de la emoción. Además, nuestro principal canal de acceso al mercado, Internet, se ha convertido en el núcleo del fraude inmobiliario, por lo que es preciso saber cómo prevenirnos de este delito que tanto puede repercutir en nuestras vidas. Visión que debemos mantener antes de firmar cualquier contrato.

Como bien recoge la plataforma inmobiliaria Vivanunciosevitar un fraude de esta índole es relativamente sencillo, salvo por el hecho de que el momento en cuestión puede tenernos sujetos a una constante ceguera. Tanto si nuestra intención es la de rentar un inmueble como de adquirirlo, no hay que bajar jamás la guardia, puesto que aquellos que orquestan el engaño saben a ciencia cierta cómo y cuándo jugar sus cartas para poder salirse con la suya. En todo caso, recordando de antemano que es preferible contactar con agencias y espacios inmobiliarios legales o, en otro caso, tener conexión con algún especialista o abogado antes de dar cualquier paso.

¿Quién es el propietario? ¿Es legítima la información sobre la vivienda?

En primer lugar, se recomienda conocer personalmente al propietario o arrendador del inmueble. En ese sentido, es posible que hayamos dado con el hogar de nuestros sueños en la red, pero que la procedencia del anuncio sea de un particular. Si esto sucede, y lejos de pretender deslegitimar la libre publicación de inmuebles en venta o a rentar que cualquiera pueda practicar, debemos exigir y verificar los datos personales del responsable. Esto puede marcar la diferencia, dado que nos permite tanto tener calado al tipo como, a su vez, situarlo en una posición más vulnerable en caso de que esté tratando de estafarnos.

Por otra parte, algunos de los defraudadores acostumbran a copiar la información de cierto inmueble de la agencia a la que pertenecen, sin apenas cambiar ningún detalle, pero añadiendo un valor inferior al original. Evidentemente, dicho precio, más reducido, puede hacernos picar en el anzuelo impulsándonos a apostar directamente por dicha opción. Sin embargo, y por nuestra seguridad, resulta más preciso prevenirse y profundizar en la información del inmueble, tanto en referencia a su propietario real como a su vínculo inmobiliario y su ubicación. Del mismo modo, nunca está de más consultar ex residentes y vecinos para atinar todavía más en la verificación.

Evitar depósitos precoces y las cláusulas abusivas

Por supuesto, el principal objetivo del fraude inmobiliario es vaciar nuestros bolsillos a costa de un engaño. Por ello, debemos tener mucho cuidado con nuestro capital. En ese sentido, debemos evitar realizar un depósito sin habernos asegurado de muchos aspectos, como lo son haber visitado previamente la propiedad y contrastado su legalidad, como habiendo verificado al responsable de su venta o renta. Por más que un individuo nos presione afirmando que los compradores se pelean por dicha casa, un paso en falso podría destrozar nuestra cuenta bancaria. Y aunque parezca algo obvio, dicha presión puede jugarnos una muy mala pasada.

También en relación al dinero, es preciso cerciorarse de las posibles cláusulas abusivas en el contrato, tanto de compra como de arrendamiento, cuyas artimañas podrían situarnos en una posición francamente débil como para salir del barro. Es en este punto, y como se ha mencionado, donde debemos recurrir a un especialista que revise el contrato y detecte o no pistas de un posible fraude inmobiliario. Dado el grueso de información, a menudo tendemos a firmar el papeleo deprisa y sin apenas haber leído la letra pequeña. Una decisión que puede costarnos muy caro y, en ciertos casos, bajo cierto amparo legal si el fraude ha sido urdido finamente.

Otros consejos a tener en cuenta

También en relación al fraude inmobiliario, es posible que el vendedor o el arrendador intente colocarnos una vivienda que, en el fondo, no obedece con exactitud a sus especificaciones. En este supuesto, bien podría ser que el responsable de dicho inmueble, con el fin de venderlo rápido, oculte información sobre algunos de sus desperfectos o inconvenientes. Bien sea diluyendo información comprometida sobre el vecindario donde se ubica el inmueble, como mintiendo acerca de su eficiencia energética real.

Si bien estos vicios ocultos podrían desmentirse con sólo visitar el inmueble en cuestión, su frecuencia es más que sorprendente. Sin embargo, todo es evitable si el proceso se lleva en todo momento con ojo crítico y actitud de sospecha, lo que nos permite poder detectar con mayor celeridad cualquier atisbo de fraude inmobiliario que se acontezca. Repasados ya los puntos, sólo queda buscar bien y verificar qué compramos y a quién para poder convertir ese modesto espejismo de casa en un verdadero hogar.