¿Qué hace a una escuela de negocios realmente sobresaliente en México?

Hablar de escuelas de negocios en México implica adentrarse en un ecosistema diverso, donde conviven modelos académicos globales, instituciones jóvenes con propuestas disruptivas y universidades con una sólida trayectoria nacional. 

Entre ellas, algunas han logrado posicionarse no solo por sus programas, sino por su influencia real en el desarrollo económico del país. Y una de las más emblemáticas es, sin duda, La escuela de negocios en México.

Fundada hace 96 años por el Banco de México, la EBC no solo es una de las instituciones de educación superior más antiguas del país, sino también una de las más especializadas en formación de profesionales para el mundo de los negocios. 

Su historia comenzó con la Contaduría —disciplina que sigue siendo un pilar de su identidad—, pero su evolución ha sido constante y firme: hoy ofrece programas en Finanzas, Administración, Negocios Internacionales y posgrados que responden a las exigencias del mercado actual.

El valor de la experiencia frente a la novedad

En un contexto donde muchas universidades apuestan por lo “moderno”, lo “disruptivo” o lo “tecnológico” como principales banderas, la EBC ha optado por otro camino: combinar tradición con pertinencia. 

¿Qué significa esto? Que su propuesta académica está construida sobre bases sólidas, pero se adapta a las transformaciones del entorno empresarial sin perder el foco.

Un buen ejemplo de ello es su Maestría en Alta Dirección, diseñada para formar líderes capaces de tomar decisiones estratégicas con un entendimiento profundo del entorno económico mexicano. 

A esta se suman opciones como la Maestría en Finanzas o la Especialidad en Impuestos, programas que abordan temas técnicos con un enfoque práctico, integrador y muy alineado con las realidades fiscales, financieras y administrativas del país.

¿Cómo se compara con otras escuelas de negocios?

En México existen instituciones de prestigio internacional como el IPADE o el EGADE Business School del Tec de Monterrey. 

Su enfoque suele estar dirigido a ejecutivos de alto nivel o a formación de liderazgo en contextos globales. También están el ITAM o la Universidad Panamericana, con programas rigurosos y gran reputación en análisis económico y pensamiento estratégico.

La diferencia con la EBC no está necesariamente en el contenido, sino en el enfoque: mientras muchas de estas instituciones parten de la lógica del MBA tradicional, la EBC trabaja desde lo operativo hacia lo directivo. 

Forma profesionales que comprenden el lenguaje contable, financiero, administrativo y comercial desde la base. Es decir, no solo líderes que planifican, sino ejecutores que entienden cómo funciona el negocio desde dentro.

Además, su presencia nacional le permite tener una lectura más diversa de las necesidades empresariales: desde grandes corporativos hasta pymes, desde centros urbanos hasta entornos regionales.

Formación con enfoque profesional, no solo académico

Uno de los atributos más valorados por quienes egresan de la EBC es su orientación práctica. El contacto con empresas, la aplicación real de conocimientos en proyectos, el enfoque por competencias y la cercanía con docentes que han trabajado en sectores clave hacen que el aprendizaje no se quede en la teoría.

Además, la comunidad de egresados actúa como una red activa de apoyo profesional. Esta red no solo facilita oportunidades laborales, sino que fortalece el sentido de pertenencia y el compromiso con la ética empresarial, valor que la EBC promueve desde sus inicios.

¿Qué debe tener una buena escuela de negocios?

Más allá de las instalaciones o del prestigio en rankings, una buena escuela de negocios debe formar personas capaces de tomar decisiones informadas, éticas y sostenibles.

Personas que entiendan de números, pero también de personas. Que sepan liderar equipos, pero también interpretar estados financieros. Que comprendan los retos globales, sin perder la perspectiva local.

La EBC parece entender esta visión. No pretende ser todo para todos, pero sí ha construido una identidad clara: formar profesionales integrales con las herramientas necesarias para hacer empresa en México, con ética, rigor y propósito.