El Clarinetero
Aguascalientes, Ags.- Apenas el pasado 6 de enero, el exgobernador entonces panista, Luis Armando Reynoso Femat anunció en rueda de prensa que buscaría la alcaldía capitalina por el partido de reciente creación, Fuerza México.
Más allá de que luce complejo que aparezca en las boletas el próximo 6 de junio el exgobernante por tener en sus espaldas una sentencia por peculado, luego de que se encontró culpable por el delito de peculado a raíz de que en 2008 se adquirió durante su gobierno (2004-2010) un tomógrafo que tuvo un costo de 13.8 millones de pesos, mismo que nunca apareció en nosocomio público alguno y le endosaron 2 años 9 meses de prisión que busca reducir con argucias legales hasta la fecha.
Ahora Reynoso Femat demuestra su fuerza en su relación con el ex diputado local y ex alcalde de San José de Gracia bajo las siglas del PAN, Armando Rodríguez Domínguez quien en los hechos hoy “gobierna”, el mismo municipio, luego de que la esposa de éste es la alcaldesa, Cristina López pero quien toma las decisiones es precisamente Rodríguez.
¿Por qué se afirma lo anterior?, Para responder esta cuestión hay que recordar hay un rompimiento entre la familia Rodríguez López y el gobernador del estado, Martín Orozco Sandoval.
En febrero pasado se hizo un cateo en la casa del hijo de Cristina y Armando, José Fernando Rodríguez por presunta venta de drogas en aquel municipio.
Bueno, pues ahora, Luis Armando Reynoso, le pidió a su amigo Armando Rodríguez pasarse a las filas del Partido Fuerza México, obviamente le respondió que si al sentirse la familia maltratada por Acción Nacional, por lo que Rodríguez prometió unos 2 mil 500 votos para los comicios de junio a favor del partido rosa.
(Para que se den una idea, la alcaldía de San José de Gracia se gana con cerca de 2 mil sufragios).
De esta manera, el nuevo partido que preside el abogado especialista en derecho administrativo, Guillermo Lozano se enfila a tener su primera alcaldía y alguna que otra diputación. Ello gracias a la presencia del ex gobernador, pese a estar sentenciado por corrupto.