Presumen que pacientes del ISSSTE recibieron descargas de radiación por falla del equipo

 


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Aguascalientes, Ags.- René Islas Grappin fue a hacerse una tomografía la mañana del 2 de marzo. Veinte minutos después, camino a casa, su cuerpo comenzó a temblar.

Cada minuto que pasaba empeoraba.

Había ido al hospital del ISSSTE porque días antes tenía problemas en el colon. Después de hacerle algunos análisis, su médico le ordenó que se hiciera una tomografía a doble contraste.

A las ocho de la mañana del 2 de marzo le hicieron el estudio. Bebió un líquido y le inyectaron otro. Una hora después salió caminando y sintiéndose completamente normal.

Sus familiares se asustaron cuando tres horas después los temblores se volvieron convulsiones. René se golpeaba la cabeza, se tocaba los testículos y decía frases que no tenían sentido. Estaba alucinando. Su boca, lengua y garganta tenían quemaduras. Los familiares llamaron a una ambulancia.

En el área de urgencias del ISSSTE supieron que René no era el único. El médico les dijo que otros seis pacientes habían tenido los mismos síntomas después de hacerse la tomografía. Su explicación fue que “era una reacción desconocida”.

Horas más tarde, los médicos le dijeron que estuvo a punto de morir. El diagnóstico fue verbal, nunca se lo dieron por escrito. Tenía el corazón y los pulmones inflamados, presentaba arritmia y una presión arterial muy baja. La epinefrina, que tuvieron que comprar sus familiares porque no había en el hospital, lo mantuvo con vida hasta el medio día del jueves 5 de marzo.

Durante su estancia en terapia intensiva tuvo problemas para respirar cada vez más complicados. Los médicos insistían en que había ingresado con un cuadro respiratorio delicado. Su familia sabía que no era así, René sólo ingresó para ver si tenía problemas en el colon.

A las seis de la tarde les dieron otro diagnóstico verbal. Una doctora “creía” que una bacteria había entrado al cuerpo de René a través de los líquidos de la tomografía. Le tomaron una muestra de sangre para analizarla y confirmar o descartar la suposición. A la fecha no han recibido ningún resultado.

Personas en el hospital les dijeron que probablemente la aguja con la que inyectaron el contraste a René había sido usada con todos los pacientes. Buscando respuestas, la hija de René, Bertha Islas García, investigó los síntomas de contaminación por radiación y coinciden con los de su padre.

Una semana después del incidente, René se enteró de que había muerto su madre. Los médicos le autorizaron un alta temporal y desde entonces no han vuelto a internarlo, a pesar de que todavía se siente muy mal. Tose y orina sangre, tiene muchas flemas y sigue con problemas para respirar. No puede caminar más de unos pasos por la falta de fuerzas e hinchazón en las piernas. Dice que siente mucho dolor en sus dientes y en su cabeza.

En el primer examen que se hizo, el 27 de febrero, tenía un nivel normal de leucocitos en la sangre, células que defienden el cuerpo de infecciones. El 2 de marzo, después de la tomografía, estaban casi cinco veces arriba del nivel normal.

El ISSSTE le niega a René el acceso a su propio expediente médico junto con estudios anteriores que le quitaron.

Sin documentos que la respalden, su hija, Bertha, ha recurrido a la CONAMED, COESAMED, ISEA y empresas especialistas en medicina nuclear y radiología para tener un diagnóstico claro y una atención adecuada.

Los familiares piden que el hospital devuelva el expediente de René, que le asignen un médico tratante e investiguen qué sucedió ese día, con él y con los demás pacientes. Hasta el momento, el ISSSTE continúa haciendo tomografías.