Padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa enviaron una carta al Papa

El Economista

México, D.F.- Ante la negativa de ser recibidos en audiencia por el Papa Francisco, familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa, organizaciones de personas desaparecidas y víctimas, así como el líder preso de las autodefensas de Michoacán, José Manuel Mireles Valverde, enviaron cartas al Pontífice para pedirle que en el etapa final de su visita a México se pronuncie sobre las situaciones reales que afectan en materia de inseguridad a los mexicanos.

Vidulfo Rosales, abogado de los familiares de los 43 normalistas, dijo que las familias esperaban reunirse este domingo con el Papa Francisco, a quien buscaron a través de los padres jesuitas.

“No se pudo, pero para los padres lo fundamental es hacer llegar algún mensaje. Ya este mensaje ya fue enviado a él a través de una carta, y esperemos que ésta llegue. Lo fundamental para nosotros es que el Papa pueda hacer un pronunciamiento, no sólo de los 43, sino del tema de desaparecidos en nuestro país. Para los padres, eso es lo fundamental. Confiamos en la sensibilidad del padre (Papa) con estos temas, y esperamos que pueda tener algún pronunciamiento”, aseguró.

Vidulfo Rosales dijo que los padres de los 43 normalistas, aún en calidad de desaparecidos, sabían de lo imposible que era conseguir un encuentro con el Pontífice, en virtud de que ya lo habían intentado también en la visita del Papa Francisco el año pasado a Estados Unidos, donde tampoco lograron ser recibidos.

“Sabemos que hay mucho trabajo del gobierno mexicano para impedir esta reunión, que este es un tema que ha sido motivo de disputas”, aseguró Rosales Sierra.

Por su parte, el fundador de las autodefensas de Michoacán, José Manuel Mireles, presos por el delito de portación de armas exclusivas del Ejército, también hizo llegar una carta al jerarca de la Iglesia católica que se encuentra en una visita a nuestro país.

En ella Mireles explica el surgimiento de las autodefensas en Michoacán: “durante más de 12 años y sin que ninguna autoridad interviniera en nuestro auxilio, a pesar de denuncias y demandas; decidimos levantar las manos y la voz, apegados a los derechos universales de la legítima defensa y logramos erradicar, en su momento, el crimen en gran parte de nuestro estado, acabando con los secuestros, las ejecuciones y toda clase de violaciones y entonces salieron los decretos contra los que nos defendíamos los autodefensas”.

Le dijo al Papa, que su encarcelamiento es una injusticia por defender a pueblos de Michoacán, y que ahora su proceso judicial está viciado por parte de las autoridades: “si en más de 20 meses de mi detención, se han pospuesto las audiencias con el señor juez por varias razones muy ajenas a toda impartición de la justicia a la que juraron cumplir y hacer cumplir pronta, imparcial y expedita”.

Mireles solicita al Papa Francisco: “Santo Padre, los autodefensas apelamos a su misericordia para que interceda por nosotros ante los gobernantes de la nación para pedir clemencia, pedir amnistía o una justa impartición de justicia, que sea realmente pronta, imparcial y expedita para que se nos otorgue la libertad”.

En tanto, la señora Elia Tamayo Montes, madre del niño José Luis Tehuatlie Tamayo, quien falleció en el 2014 a casa de una bala de goma lanzada por la Policía de Puebla en un operativo en Chalchihuapan, también entregó al Papa una carta sobre donde le solicita que pida a las autoridades mexicanas el esclarecimiento de la muerte del menor.

“Desde ese día mi corazón no ha tenido sosiego, ni mi cuerpo descanso; no me he cansado ni me cansaré por pedir justicia”, dice la carta.

Organizaciones sociales en Ciudad Juárez, anunciaron que entregarán al Papa Francisco una carta -este miércoles durante su visita a ese estado- donde le piden que se pronuncie acerca de los mexicanos que sufren amenazas; tortura; pobreza; mujeres que viven violencia, familiares de mujeres víctimas de desaparición y feminicidio.

“No tengas miedo de hacerlo, porque necesitamos aliento y esperanza, solidaridad con quienes hablan a pesar de la amenaza, la tortura y la muerte. Y que ese llamado enérgico vaya también hacia tus hermanos obispos, que como el fariseo de la parábola, se hacen los desentendidos frente al sufrimiento y la injusticia, pero porque también es muy probable que tengan mucho miedo, y estén necesitados del mismo aliento y valor que has mostrado”, abunda el texto.