Ni somos antirreligiosos ni estamos en contra del sector empresarial: López

Francisco Espinosa

Asientos, Ags.- Un pasillo desde la calle hasta el interior de un salón de fiestas en Villa Juárez, Asientos, sirvió de muestra emocional para que cientos de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador le rindieran tributo. Entre fotos, abrazos y gritos de júbilo, el candidato presidencial arribó a Aguascalientes para explicarles a sus simpatizantes el proyecto de nación que pretende construir si se ve favorecido por el voto ciudadano en 2018.

Con miras a su tercera campaña presidencial, López Obrador se mostró amable ante esa gente que se acercó para poder siquiera verlo. Mientras lo llamaban presidente, el candidato de izquierda se paró frente a casi 600 personas que lo esperaban expectantes. Quien afirme que Andrés Manuel provoca más que simple simpatía política no miente. Mientras caminaba hasta el templete preparado, hubo quien le tomó la mano y suplicó hacer de este país un lugar mejor.

En ese ambiente casi de pleitesía, López Obrador tomó el micrófono durante poco más de media hora. Allí, puesto en el hábitat natural que su elocuencia verbal le han construido, explicó cómo pretende hacer para cambiar una nación hundida en el hartazgo social que han provocado sus gobernantes durante decenas de años.

 

Al ritmo de sus palabras, un par de adultos mayores lo observaban como si no tuvieran ganas de pestañar. Cuando llegó el turno de hablar sobre las pensiones que duplicará cuando tome el poder, los dos no pudieron contener las lágrimas. En medio del discurso, en las tradicionales carretadas de aplausos que forman parte del protocolo de estos eventos, los emocionados señores arengaban con los puños cerrados y los dientes bien apretados. Al menos para un par de personas, Andrés Manuel es la esperanza para México.

 

El líder político y moral de MORENA dejó claro que el principal problema del país es la corrupción, esa que dijo, “roba por lo menos 550 mil millones de pesos al año del presupuesto federal. ¿Saben todo lo que se podría hacer, en beneficio del pueblo, con ese dinero?, preguntó sin querer otra respuesta alguna, más que los arrebatos emocionales de enojo en forma de gritos de parte de su audiencia.

Asimismo, le pidió a la gente no caer en lo que describió como artimañas del sistema. “Ni seremos como Venezuela, ni estamos en contra del sector empresarial, ni mucho menos somos anti-religiosos”, explicó, dejando claro que México tiene bastantes héroes nacionales como para emular a un gobierno extranjero, que hay muchos empresarios dentro de MORENA, así como millones de católicos y de distintas religiones que buscan un cambio.

 

Después, más lo de siempre, el discurso que se sabe de memoria: la mafia del poder, el PRIAN y la constante petición para que sus militantes cuiden las urnas el día de la elección. Con un largo día por delante, con un par de municipios por visitar, Andrés Manuel se despidió con la esperanza, la sonrisa y algunas lágrimas de sus simpatizantes en sus espaldas. Lejos de ser una carga, para el líder morenista, es el aliciente que busca mantener durante los próximos 8 meses.