Mujer británica ideó un asesinato al azar y lo hizo 

Redacción

Inglaterra.-Jemma Lille era una de esos millones de personas en el mundo que tienen por costumbre escribir una lista de deseos de año nuevo, para cumplirlos en los meses siguientes o en algún momento de la vida.

Pero su lista incluía un deseo muy particular y macabro: matar a alguien. A nadie en especial, no importaba a quién, lo importante para ella era cumplir con ese deseo.

Oriunda de Lincolnshire, un condado del este de Inglaterra en el Reino Unido, se mudó a Australia en 2010. Y fue allí en donde cometió el crimen.

El 13 de junio de 2016 ahorcó al adolescente Aaron Pajich, lo apuñaló y lo enterró en su casa en la ciudad de Perth, en el suroeste australiano.

La británica obsesionada con los asesinos en serie

Según el relato detallado de Infobae, Trudi Lenon llamó por teléfono a Aaron y le pidió que la ayudara con la instalación de un programa de juegos en su computadora. Cuando el chico aceptó, quedaron en que Trudi lo pasaría a buscar en su auto por un shopping de Perth.

Jemma y Trudi se conocieron a través de un amigo en común y empezaron a vivir juntas un par de meses antes de asesinar a Pajich.

Luego de recoger al joven lo llevó a la casa donde esperaba Jemma, quien antes había dejado a los tres hijos de Trudi en un cine.

Cumple su macabro deseo

Aaron entró en la casa entusiasmado por la idea de instalar los videojuegos. Ni se dio cuenta de que Trudi trababa la puerta antes salir y luego volvió con un cuchillo. Al darse cuenta de que algo andaba mal trató de escapar, pero se encontró frente a frente con Jemma, que también tenía un cuchillo en las manos.

Lo redujeron entre las dos y lo mataron con la técnica del garrote: una soga que rodea la cabeza de la víctima y se va ajustando con un palo que da vueltas. Le rompieron el cráneo. Después, con los cuchillos, le cortaron la yugular y le perforaron el hígado y los pulmones.

Para deshacerse del cadáver habían comprado una sierra y un barril de 100 litros de ácido clorhídrico, pero a la hora de ponerlo en práctica, el proceso les resultó largo y terminaron enterrando el cadáver en una tumba poco profunda en el patio trasero de la casa. Cuando el crimen se descubrió, empezaron a responsabilizarse mutuamente.

Celebró “eufórica” su crimen

El juicio en contra de Lilley duró cuatro semanas. El fiscal que llevó el caso, James Mc Taggart, dijo que la británica estaba tan “eufórica” después de haber asesinado a Pajich, que no pudo evitar alardear de lo que había hecho con un colega en su trabajo.

En el 2018, The Times publicó que la mujer, entonces de 26 años, fue condenada a cadena perpetua por el Tribunal Supremo de Australia Occidental, el estado en el que se encuentra Perth, junto a su compañera de piso Trudi Lenon. El término mínimo que tendría que cumplir era de 28 años.

La madre del adolescente, Sharon Pajich, dijo que las mujeres son “animales repugnantes” que nunca deberían salir en libertad.

La mujer tuvo una infancia difícil y desarrolló lo que los expertos calificaron de fascinación de larga data con películas de terror, muertes y asesinos seriales.

Lilley idolatraba a Freddy Krueger, el protagonista de las películas “Pesadilla en la calle del infierno” y en alguna ocasión le dijo a un amigo que quería matar a alguien antes de cumplir 25 años. (I).

Con información de El Universo