Redacción
Seis elementos del Ejército Mexicano habrían muerto y otros dos resultaron gravemente heridos tras la explosión de una mina terrestre en la localidad de El Santuario, ubicada en la región serrana entre Jalisco y Michoacán, una de las zonas más disputadas por grupos del crimen organizado.
De acuerdo con reportes preliminares, el convoy militar avanzaba por un camino de terracería cuando se activó un artefacto explosivo oculto en la vía, como parte de un operativo para desmantelar un supuesto centro de adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La explosión ocurrió este martes 27 de mayo, en medio de una serie de despliegues militares iniciados desde el fin de semana por fuerzas federales, incluidas la Guardia Nacional y la Fuerza Especial de Reacción e Intervención (FERI).
Según fuentes citadas por Milenio, la detonación provocó la muerte inmediata de seis soldados y dejó a otros dos en estado grave, quienes fueron trasladados en helicóptero a un hospital de la región. Entre las víctimas fatales se encuentran el segundo subinspector Jovany Rosales y el subagente Jorge Alberto Cruz Velázquez, de acuerdo con información de Uno TV. Hasta ahora, las autoridades no han confirmado la identidad del resto de los fallecidos.
La zona serrana donde ocurrió el atentado es considerada un punto clave en la guerra entre el CJNG y organizaciones rivales como Cárteles Unidos y La Nueva Familia Michoacana. En ese mismo territorio operan células de Guerreros Unidos, cuyos líderes, como Luis Enrique Barragán Chávez, alias “El R5”, y Alfonso Fernández Magallón, “Poncho La Quiringua”, mantienen una violenta disputa contra el cártel jalisciense.
En esta región, el uso de minas terrestres se ha vuelto una estrategia recurrente del CJNG para obstaculizar el avance de las fuerzas de seguridad. Sólo en los primeros dos meses de 2025, el Ejército Mexicano aseguró 1,255 artefactos explosivos, de los cuales un tercio se localizaron en Michoacán.