Los restos de un cohete chino podrían estrellarse pronto contra la Tierra

Redacción

Las principales agencias espaciales internacionales y los organismos de defensa de medio mundo están en alerta debido a la inminente caída de los restos de un enorme cohete chino. Se trata de la primera etapa del Long March 5B, que fue lanzado al espacio la pasada semana con el primero de los módulos que integrarán la nueva estación espacial china.

Tras llevar a cabo la tarea de poner en órbita las nuevas instalaciones, parte del cohete, que medía casi 50 metros, volverá a ingresar en la atmósfera. Aunque previsiblemente la mayoría de estos trozos se desintegren antes de llegar al suelo, el problema es que algunos restos sobrevivan. Y se desconoce el lugar y la fecha exactas en las que acabarán cayendo.

En este momento se sabe que la inclinación orbital de la etapa central Long March 5B es de 41,5 grados, lo que significa que el cuerpo del cohete podría aterrizar a latitudes tan al norte las ciudades de Nueva York, Madrid y Beijing, y tan al sur como el sur de Chile y Wellington, Nueva Zelanda. Pero esto no quiere decir que esas localidades sean los lugares marcados en los que pueden caer los escombros espaciales, sino que delimitan una franja que rodea todo el globo y que es susceptible de recibir los restos (aunque la mayoría de todo ese terreno es agua, por lo que lo más probable es que acaben en el océano). De hecho, los astrónomos han querido tranquilizar a la población afirmando que en la mayoría de casos, este tipo de cuerpos normalmente cae en los océanos (que suponen el 70% de la superficie terrestre).

En cuanto a cuándo se podría producir la reentrada, la Corporación Aeroespacial estima que podría ocurrir el 9 de mayo a las 06:37 hora española, si bien con un margen de error de más o menos 28 horas. La agencia espacial rusa Roscosmos también ha activado sus sistemas de rastreo. Sus cálculos indican que existe una ventana de reentrada entre la noche del 7 y la tarde del 9 de mayo.

 Jonathan McDowell, experto del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, calmaba los ánimos asegurando a la cadena CNN que la situación no es de peligro extremo.

“No creo que la gente deba tomar precauciones. El riesgo de que haya algún daño o de que golpee a alguien es bastante pequeño. No es despreciable, podría suceder, pero la probabilidad es ínfima. No perdería ni un segundo de sueño por esto como una amenaza personal”, afirmó en la cadena CNN.

Pero aunque McDowell explicó que es casi imposible en estos momentos predecir dónde y cuándo caerán los restos, el astrofísico se atrevió a apuntar hacia un lugar: “Si quiere apostar por dónde aterrizará algo en la Tierra, apueste por el Pacífico. Porque el Pacífico es la parte más extensa de la Tierra. Es así de simple”.

Con información de ABC