Redacción
Linda Evangelista, una de las supermodelos más reconocidas, tuvo un radical cambio de vida dentro y fuera de las pasarelas.
En los últimos años, la canadiense de 56 años vivió escondida del mundo debido a los estragos físicos y emocionales que le provocó un tratamiento estétido que la dejó “desfigurada”.
Tras años de silencio y encierro, la famosa decidió hablar sobre su pasado.
En una entrevista concedida a la revista People, Linda dijo que está harta de esconderse y compartió imágenes sobre el estado actual de su cuerpo, luego de que hace poco más de seis años se sometió a un tratamiento llamado CoolSculpting, que congela la grasa localizada en distintas partes del cuerpo y tuvo una reacción rara y adversa.
“Ya no puedo vivir de esta manera, escondida y con vergüenza. Simplemente ya no podía vivir esta agonía. Deseo por fin hablar”, dijo a la revista.
El estado físico de Linda es tan grave que no puede poner sus brazos de forma recta a los costados debido a las protuberancias que salen de ellos, por lo que considera que ningún diseñador querrá vestirla en esta condición.
Su situación la llevó a un resquebrajamiento emocional tan profundo que confesó a la publicación que, en estos años de tribulación, temía encontrarse con algún conocido, pues vivía en un estado constante de vergüenza, pero finalmente decidió cambiar su situación y hablar al respecto.
El especialista en dermatología, el doctor César Ramos, explicó que Linda sufrió de una hiperplasia adiposa paradójica, un efecto adverso raro secundario de la criolipólisis, con un aparato llamado CoolSculpting.
Dicho padecimiento provoca masas no dolorosas pero bien delimitadas que aparecen meses después de la terapia de criolipólisis y que se cree que este efecto secundario al crecimiento de las células de grasa son resistentes al frío.
Por ello, apuntó que lo mejor para cambiar la apariencia del cuerpo es una liposucción, debido a que presenta muchos menos efectos adversos.
Con información de Quién