La estrella del fútbol que no regala nada a sus hijos

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Gabriel Omar Batistuta es probablemente el mejor centrodelantero de la historia del fútbol argentino. Hasta Lionel Messi, nadie había anotado tanto vistiendo la camiseta albiceleste como él. En Fiorentina, club que más lo gozó, es el máximo ídolo de todos los tiempos y hasta hubo una estatua suya. Sin embargo, procura que sus hijos no sepan hasta donde alcanzaba su fama y procura educarlos en la cultura del trabajo y el esfuerzo.

El tercero de sus cuatro hijos, Joaquín, tiene 20 años, y trascendió estos días que además de estudiar trabaja en una fotocopiadora donde busca hacerse unos pesos para comprarse un coche. “Que mis hijos trabajen es regalarles dignidad”, explicó Batistuta a la radio de su Reconquista natal, donde vive, Reconquista hoy. “Podría tranquilamente darles el auto, pero no sé si se sentirían felices, no sé cuánto les duraría esa felicidad”, aseguró el “Batigol”.

Estos días dio además una conferencia en el America Business Forum en la que insistió en que sus hijos no tienen idea de quién fue. “Se lo imaginan, pero no lo saben. Cuando quieren ir a ver un partido importante y yo les ofrezco entradas no me creen que se las pueda dar”. Para Batistuta, “la fama es peligrosa. Si no tenés los pies sobre la tierra, tiene que haber una familia que te ayude. En mi casa no hay ninguna foto mía jugando al fútbol”. Durante un tiempo, tras su retiro, la familia Batistuta se instaló en Perth, Australia, refugiada en el anonimato. En ese contexto, sus hijos preguntaban incrédulos a su papá si alguna vez había metido goles de penal o tiro libre.

En ese mismo foro describió sus años en Florencia como los más felices de su carrera, pese a que no obtuvo ningún título de los considerado de primer nivel, y aseguró que rechazó ofertas de los clubes más grandes de Europa, como el Real Madrid, prefiriendo la tranquilidad de Florencia. “Si me hubiera ido al Real Madrid iba a ganar seguro, iba a hacer más de 200 goles pero me iba a aburrir. Lo mismo me hubiera pasado en el Milán. Por eso me siento un ganador, aunque no haya conseguido ningún trofeo”, completó.

Batistuta creará en su ciudad un Centro Deportivo de Alta Complejidad para acompañar los jóvenes talentos de la zona. “Me cansé de ver chicos que quedaron en la calle por nada. Ya sea porque el entrenamiento les quedaba lejos y tenían que ir a Rosario o Santa Fe y se alejaban de su familia o porque no entendieron nunca que si se tomaban una cerveza menos la vida le podría haber cambiado”, explicó a Radio Reconquista. Tiene además otros compromisos solidarios con su ciudad, como el torneo de Golf a beneficio del Hospital.

En esa ciudad santafecina de no más de 100 mil habitantes Batistuta celebró estos días su cumpleaños 50, escriben los medios, con el teléfono móvil apagado. Sin embargo, estos días retornará a Florencia donde le espera un festejo especial en el Palazzo Vecchio de la Piazza della Signoria. De a poco sus hijos advierten quién era su padre: un integrante del olimpo del fútbol que se ha esforzado por mantener los pies en la tierra.

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