Hormigas se comunican entre ellas para salvarse la vida

Redacción

EU.-Entre las hormigas encontramos algunos de los ejemplos de las sociedades más complejas conocidas entre los animalesSus colonias están organizadas a un nivel que recibe el nombre de eusocialidad, gracias a un extraordinario sistema de castas, biológicamente determinadas con funciones específicas. Recuerdan a nuestro cuerpo y al sistema de diferenciación de nuestras células, con el fin último de que funcione el organismo, y encontramos claros paralelismos entre ambos casos que pueden sostener una analogía.

Hay hormigas que se encargan de buscar el alimento y llevarlo a la colonia, como nosotros tenemos órganos que nos ayudan a reconocer la comida y a llevárnosla a la boca. Otras se dedican a elaborar y preparar ese alimento y conducirlo por todo el hormiguero, para alimentar al resto de las hormigas, en una suerte de sistema circulatorio que reparte los nutrientes. Otras se encargan de defender el hormiguero de agresiones externas, como si de un sistema inmunitario se tratase. Y por supuesto, hay castas de hormigas, sexuadas, cuya función es proporcionar hormigas capaces de fundar, en el futuro, nuevos hormigueros, en un paralelismo a cómo nuestras gónadas producen las células que, con suerte y si se dan las condiciones óptimas, darán lugar a nuevas personas.

Para alcanzar el nivel de coordinación que tienen las células de un cuerpo humano —o de cualquier animal— son necesarios varios sistemas de comunicación. En nuestro cuerpo, este papel está cubierto por diversas formas de señalización química, como las hormonas o las citoquinas, y por el sistema nervioso. Y si las hormigas tienen realmente ese nivel de organización tan complejo, análogo al de un organismo vivo, sin duda ellas también requieren de uno o varios sistemas de comunicación entre individuos.

Para coordinarse, las hormigas necesitan comunicarse

Para coordinarse, las hormigas necesitan comunicarse

¿Cómo se comunican las hormigas?

Igual que los humanos utilizamos distintas formas de comunicación —no se comunica igual un mimo, un pianista, un escritor o un locutor—, las hormigas disponen de diversos medios para transmitir mensajes, y una misma especie puede emplear varias formas de comunicación simultáneamente. Algunas especies tienen un excelente sentido de la vista, y utilizan señales visuales; muchas usan el tacto, y en algunos casos también existe comunicación por señales acústicas. Sin embargo, todas estas formas quedan eclipsadas por el sistema de comunicación más perfeccionado de todos: el empleo de feromonas .

En los túneles de los hormigueros, los productos químicos semivolátiles pueden impregnar el aire y las paredes; sustancias que las hormigas captan con unos receptores especiales situados en las antenas y que reconocen gracias a que hasta el 12 % del volumen total de su cerebro está dedicado a ello.

Entre las feromonas que emite una hormiga encontramos principalmente dos tipos. Uno impregna el cuerpo de la hormiga de forma permanente y es el que identifica a la hormiga en su colonia. El entomólogo Vidal Cordero, del CSIC, emplea la analogía de estas feromonas de identidad como una especie de DNI químico que permite a los miembros del hormiguero reconocer a sus congéneres e identificar a posibles impostores.

El segundo tipo incluye las feromonas que la hormiga puede emitir a voluntad, por distintas glándulas de su cuerpo. Estas suelen tener distintos significados en función de su composición, el contexto en que se encuentren y la concentración de los distintos productos químicos que la contienen. En ocasiones, incluso emiten sustancias que generan reacciones sobre otros seres vivos, actuando sobre su comportamiento; se denominan semioquímicos.

Las hormigas emplean feromonas para marcar el rastro a seguir

Las hormigas emplean feromonas para marcar el rastro a seguir

Siguiendo el rastro feromonal

Muchas hormigas tienen, en el extremo final de su abdomen, una glándula que segrega feromonas de pista. Cuando una hormiga encuentra un camino que resulte interesante para su colonia —como la ruta a seguir para alcanzar una fuente de alimento— arrastrará su abdomen por el suelo regando el camino con estas feromonas. De este modo, otras hormigas encontrarán el camino. Si el destino es realmente interesante, más y más hormigas marcarán el rastro, y más importancia cobrará ese camino para el hormiguero.

Las feromonas de pista contienen una gran cantidad de sustancias químicas que difieren mucho en su capacidad de persistenciaFeromonas muy volátiles desaparecen con rapidez, y si ningún animal las renueva, se pierden para siempre; feromonas poco volátiles perduran en el tiempo marcando viejas rutas que ya no usan. Por lo tanto, una hormiga es capaz de reconocer si una pista feromonal es nueva o antigua. Es una forma de preservar un camino en la memoria. Como las hormigas no tienen un cerebro adaptado a mantener ese conocimiento a largo plazo, lo “escriben” en el suelo con su “tinta” de feromonas.

Donde una vez hubo comida puede volver a haberla en el futuro, por lo que no es raro que algunas exploradoras recorran viejas sendas para comprobar si de nuevo hay alimentos o presas.

Cuando se da una agresión, las hormigas producen feromonas de alarma para alertar a sus congéneres

Cuando se da una agresión, las hormigas producen feromonas de alarma para alertar a sus congéneres

La “voz” de alarma

Otro tipo de feromonas que pueden emitir las hormigas son las feromonas de alarma. Con glándulas en la cabeza y en el abdomen, estas feromonas son liberadas a voluntad cuando perciben algún peligro o sufren alguna agresión.

Estas son feromonas muy volátiles, que se expanden rápidamente por las proximidades de la hormiga emisora, y duran muy poco tiempo. Cuando una hormiga recibe una señal de alarma, ella a su vez reacciona emitiendo una nueva alarma, creando una reacción en cadena en todas las hormigas de la proximidad.

Ante una alarma, las hormigas pueden reaccionar de diversas maneras. Las formas más agresivas, o “soldado”, suelen acudir para atacar al enemigo, en defensa de la colonia, mientras que las obreras más especializadas en otras tareas suelen huir.

Un comportamiento peculiar relacionado con los sistemas de alarma es el que encontramos en la especie Megaponera analis, hormigas que suelen atacar con frecuencia colonias de termitas. Cuando, durante una incursión, una hormiga resulta herida, emite señales feromonales análogas a lo que entendemos por “dolor”. Una comunicación específica que alerta a sus compañeras de su estado de salud. Esto provoca en sus compañeras un comportamiento de rescatela transportan hasta la colonia y la cuidan, exudando sustancias antimicrobianas en la saliva y lamiendo sus heridas. Se estima que, en estas circunstancias, el tratamiento de las hormigas heridas puede reducir la mortalidad hasta en un 70 %.

Con información de Muy Interesante