Redacción
Santiago Márquez, hijo del histórico exdefensor Rafael Márquez, anunció este martes su retiro definitivo del fútbol profesional a los 22 años de edad, luego de un breve paso por equipos mexicanos y una fugaz experiencia internacional.
“Después de mucho pensar, de hablar con mi familia y de mucha conciencia, hoy decido despedirme del fútbol”, escribió en un mensaje publicado en sus redes sociales. “Creo que lo mejor para mí es dar un paso a un lado y empezar con proyectos nuevos, metas nuevas, y cumplir sueños nuevos”.
Aunque su sueño era emular la carrera de su padre, Santiago reveló que el entorno del fútbol terminó por desilusionarlo. “El fútbol puede ser muy traicionero a veces, no solo por lesiones, sino por decisiones que no son tomadas por ti”, señaló. “Soy uno de esos que poco a poco se fue desilusionando por las cosas que veía que iban pasando”.
El exjugador de Necaxa también confesó que, pese a su apellido, las oportunidades reales fueron escasas y el peso de la herencia familiar fue una carga difícil de sobrellevar. “Muchos tienen la suerte de tocar los puntos altos del fútbol, pero hay aún más personas que son desilusionadas y decepcionadas por este deporte”, lamentó.
Nacido en Francia en 2003, cuando su padre jugaba en el AS Mónaco, Santiago Márquez creció entre dos culturas y desde pequeño fue vinculado al balón. Inició su carrera en Pumas, pasó por las fuerzas básicas del Atlas y jugó con Necaxa en las categorías Sub-20 y Sub-23, donde sumó 58 partidos y anotó cinco goles.
En 2024 buscó experiencia internacional al ser cedido al York United FC de Canadá, con quienes disputó 12 partidos. Regresó a México a inicios de este año para incorporarse al Atlante en la Liga de Expansión, pero no logró debutar en partidos oficiales.
La noticia de su retiro ha generado reacciones divididas en redes sociales, donde algunos lo aplauden por priorizar su bienestar personal, mientras otros cuestionan su determinación. “Las ganas de conquistar esos sueños poco a poco se fueron desvaneciendo”, reconoció.