Fui a Los Pinos por auxilio: ‘Vicentillo’

Milenio

Nueva York, EUA.-En la réplica que la defensa de Joaquín Guzmán Loera aplica al testigo protegido Vicente Zambada Niebla, éste aceptó haber ido en 1997 a la sede del Estado Mayor Presidencial, adjunto a la residencia oficial de Los Pinos, a entrevistarse con el titular de ese cuerpo militar, el general de división Roberto Miranda Moreno, quien supuestamente recibía sobornos de parte de Ismael El Mayo Zambada.
El motivo era pedirle trato preferencial para su familia. “Lo fui a ver porque estaban tratando mal a mi madre en sus negocios y a mi familia”, justificó El Vicentillo.
—Esa empresa de su mamá no la hizo vendiendo tamales, ¿verdad? —atacó el litigante Eduardo Balarezo.
—A mi mamá le llegaron herencias y con eso fundó su empresa —respondió Zambada Niebla.
En la audiencia de este viernes, El Vicentillo afirmó que en la guerra librada en 2008 en Culiacán entre el cártel de Sinaloa y el grupo formado por los Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes y Los Zetas, los sinaloenses usaron instituciones del Estado mexicano para librar esa lucha.
Ante la corte del distrito este en Brooklyn, Nueva York, detalló como él y Juancho, sobrino de El Chapo, coordinaban las actividades de espionaje y así se enteraron que ese grupo rival comenzó a rentar casas y contratar sicarios en “su plaza”.
“Para no desatar más balaceras entre nosotros, esa información se la dábamos a miembros del Ejército y de la PFP que teníamos bajo nuestro control para que ellos hicieran las detenciones”, dijo El Vicentillo durante el interrogatorio de la fiscalía.
La violencia en la capital de Sinaloa se recrudeció de tal forma que Zambada Niebla tuvo que salir de ahí y refugiarse en Mazatlán, pues “mi familia y yo éramos objetivos prioritarios de los rivales”.
De hecho, uno de los militares que llegaron a detener a miembros del grupo rival “me mostró fotos del auto de mi esposa, a la cual pensaban secuestrar para después mandarme su cabeza”, señaló.
El hijo de El Mayo Zambada reconoció que en esos meses “murieron en emboscadas sobre todo muchos miembros de la PFP”.
En la audiencia de ayer, la fiscalía estadunidense mostró al jurado un par de fotografías de El Chapo, en las que se le ve bailando con una mujer que no fue identificada.
En una de las imágenes se ve al narcotraficante que portaba en la cadera una pistola con diamantes incrustados para protegerse.
La intención fue que el jurado conociera esta prueba de que a El Chapo le gustaba divertirse, incluso si su vida estaba en riesgo.