Redacción
Este lunes, el gobierno de Donald Trump dijo que se reconsiderará la decisión de forzar a los migrantes que sufren de complicaciones médicas a regresar a sus países de origen.
La declaración se presenta luego de que la medida despertara indignación y críticas entre médicos expertos desde el momento que fue abruptamente anunciada el 7 de agosto de este año por parte del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS).
Por medio de cartas, se les notificó a los migrantes que recibían atención médica o que alguno de sus familiares estuviera en esa situación, el hecho de que ya no se iban a atender las prórrogas contra las deportaciones por motivos de salud, por lo que debían salir de Estados Unidos en un plazo de 33 días o de otro modo serían deportadas.
El lunes, USCIS señaló que consideraban como “apropiado” limitar dicha prórroga, y que serán los funcionarios quienes revisen los casos pendientes y vigentes hasta antes del anuncio sobre la cancelación de las prórrogas, es decir, antes del 7 de agosto.
Hasta el momento, la USCIS no ha deportado a nadie que permanezca en esta condición médica, sin embargo, no han aclarado si se detendrá la medida para la deportación o en cambio, la misma continúa y el tiempo para que los migrantes salgan del país norteamericano se está agotando.
Al ser contactado para esas aclaraciones, un funcionario de USCIS dijo que “se están tomando medidas correctivas inmediatas para reabrir casos pendientes previos que deban considerarse”.
Entre las personas que se verían impactadas por la cancelación del programa está María Isabel Bueso, de 24 años, quien ha participado en varios estudios médicos y hasta en una prueba clínica de medicamentos para el tratamiento de su condición poco frecuente, que causa enanismo y problemas físicos.
Con información de The New York Times