Estudio indica que este ejercicio ayuda a mejorar el ánimo de personas con depresión

Redacción

No hay duda de que la práctica de ejercicio físico puede beneficiar a las personas que sufren un trastorno depresivo mayor. Se ha visto que incluso una sola hora de actividad física semanal podría ser suficiente para reducir el riesgo de futuros episodios depresivos. Ahora, un nuevo estudio publicado en Psychology of Sport and Exercise apunta que hay una actividad con efectos positivos duraderos en el estado de ánimo de estas personas.

Se sabe poco sobre los efectos más inmediatos del ejercicio en características específicas del estado de ánimo y la mente de las personas con depresión, tanto durante una sesión de ejercicio como inmediatamente después.

“Muchas investigaciones anteriores sobre los efectos del ejercicio en la salud mental, en general, han utilizado medidas muy amplias de bienestar”, dice Jacob Meyer, de la Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos. “Lo que nos interesaba, en concreto, es cómo influye el ejercicio agudo (es decir, una sesión de ejercicio en un día) en los síntomas primarios de la depresión“.

Las formas crónicas de depresión están formadas por una variedad de cambios mentales que la convierten en algo más que un sentimiento de abatimiento o tristeza. Para muchos, está la pérdida de disfrute y placer que conllevan los episodios depresivos. Este síntoma se conoce como  anhedonia.

En los episodios depresivos también pueden verse afectadas las funciones cognitivas pudiéndose ver mermada la memoria y la velocidad de procesamiento. Estas funciones cognitivas podrían beneficiarse del ejercicio.

Para saber cómo un entrenamiento influye en los cambios tanto del estado de ánimo como de las habilidades mentales, Meyer y sus colegas analizaron varias puntuaciones de pruebas de 30 voluntarios antes, durante y después de una sesión de ciclismo moderadamente intensa de media hora, o de una sesión de descanso tranquilo.

Las pruebas incluían un cuestionario para evaluar el estado de ánimo y los sentimientos actuales, una escala para medir la anhedonia, y varias evaluaciones cognitivas, incluyendo una prueba llamada test de colores y palabras de Stroop. Lo que se buscaba era conformar un perfil más claro de cómo evoluciona el estado mental de una persona que se enfrenta a la depresión a lo largo de una sesión de ejercicio.

En general, los participantes experimentaron una mejora en su estado de ánimo, que persistió durante al menos 75 minutos después de terminar el entrenamiento.

Los sentimientos de anhedonia también habían desaparecido, aunque empezaban a retroceder 75 minutos después del entrenamiento. Sin embargo, en comparación con los que habían descansado tranquilamente, el resultado seguía siendo positivo.

Quizá lo más sorprendente fueron las variaciones en la capacidad cognitiva. En contraste con los hallazgos anteriores en individuos sanos, que predijeron una mejora general de los tiempos de reacción, los resultados entre esta muestra fueron mixtos.

Durante el ejercicio, los resultados del test Stroop de los participantes fueron ligeramente más rápidos. Sin embargo, estos resultados disminuyeron a los 25 y 50 minutos de haber parado, volviéndose más lentos que los que no habían hecho ejercicio.

No está claro por qué ocurre esto, ni si está relacionado con otros síntomas del trastorno depresivo mayor.

El hecho de que haya una mejora inmediata del estado de ánimo y del disfrute general después de la actividad física ayuda a construir una táctica para las personas con depresión que podría animarlas a hacer más ejercicio. Sin embargo, esto no es tan fácil como puede parecer en un principio y es que la depresión mina la motivación, lo que significa que incluso la anticipación de la excitación que supone salir de casa y moverse podría no ser suficiente para impulsar un cambio de hábito.

Eso sí, en aquellos que logran dar el paso decisivo, saber que hay una ventana de al menos una hora en la que los pensamientos oscuros se disipan, les podría ayudar a planificar el día mejor pues estarían psicológicamente más fuertes y cognitivamente mejor.

“Lo bueno es que estos beneficios para el estado de ánimo deprimido y la anhedonia podrían durar más de 75 minutos”, dice Meyer. “Tendríamos que hacer un estudio más largo para determinar cuándo empiezan a decaer, pero los resultados sugieren una ventana de tiempo después del ejercicio en la que puede ser más fácil o más eficaz para alguien con depresión hacer algo psicológicamente o cognitivamente exigente”.