Esto sucedió con la familia de Bin Laden luego del 11-S

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A comienzos de septiembre de 2001, los familiares de Osama bin Laden vivían una vida normal y tranquila en una de las propiedades en Afganistán del líder terrorista. Sus hijos se divertían jugando Nintendo, mientras que sus cuatro esposas preparaban comida occidental e incluso hasta escuchaban música de Madonna en la radio.

El 10 de septiembre todo cambió, cuando les ordenaron trasladarse desde Kandahar a Jalalabad, una población en el noreste de Afganistán, sin recibir explicación alguna de nadie. Durante los nueve años siguientes, tres de las mujeres de Bin Laden huyeron junto con sus hijos a través de Oriente Medio hasta que fueron detenidos en Irán.

Esa travesía con sus peripecias de la familia fue revelada en el nuevo libro de Cathy Scott-Clark y Adrian Levy ‘The Exile: The Flight Of Osama Bin Laden‘ (‘El exilio: la huida de Osama bin Laden’), quienes revelaron algunos detalles importantes a ‘The Guardian’.

Los que huyeron
No todo marchaba a la perfección en la familia del terrorista más temido del mundo. Omar, su hijo adolescente, quien había sido formado para que heredara el legado de Osama y que poseía un sorprendente parecido con su padre, nunca quiso compartir la obsesión por la guerra de Bin Laden, Así entonces, tras enterarse de la siguiente ‘Operación Aviones’ decidió escapar del seno familiar. Con el tiempo, recordaba que el “camino violento” de su padre los “había hecho separar para siempre”.

Omar le estuvo rogando a su madre Najwa que huyera con él, pero la mujer nunca había desobedecido a su esposo, por lo que finalmente se fue solo. Sin embargo, a finales de agosto de 2001, días antes de los ataques del 11-S, Najwa decidió cambiar de opinión y escapó al no poder resistir más la rigurosa vida religiosa que debía llevar.

En constante fuga
Luego de ser trasladados a Jalalabad, las otras mujeres e hijos del líder terrorista fueron obligados a permanecer en los cuarteles de un campo de entrenamiento del grupo Al Qaeda, durmiendo en viejos colchones en medio de rifles y granadas. Además, las esposas habían sido preparadas para que se inmolaran con chalecos bomba en caso de ser atacado el grupo.

Bin Laden visitó a su familia en noviembre de 2001, pero solo fue para indicarles que se trasladaran a Pakistán, pues Estados Unidos estaba cerca. Aún así, la familia allí tampoco podía estar a salvo, por lo que tuvieron que mudarse nuevamente, esta vez a Irán, con la ilusión de que el régimen chiita se abstuviera de entregarla a los estadounidenses.

Detenidos en Irán
En 2002 el plan estuvo al borde del fracaso, cuando Teherán trató de realizar un acuerdo con el Gobierno de Bush para entregarle la familia de Bin Laden a cambio de reducir unas sanciones y otorgarle reconocimiento diplomático, pero La Casa Blanca no aceptó.

Omar Bin Laden, el hijo que rechazó la herencia yihadista de Osama.
Durante los ocho años siguientes, las esposas y sus hijos permanecieron detenidos en Teherán. Ni siquiera el resto de parientes sabían de su ubicación y pensaban que estaban muertos.

Saad, uno de los hijos de Osama, logró escapar en 2008. Juró hallar a su padre en Pakistán y salvar a su familia, pero cayó abatido en 2009 en un ataque con drones.

Fue entonces cuando Iman, la hija de Bin Laden, logró llegar a la embajada saudita en Irán luego de escapar también de prisión, pudiendo así contactar a los otros miembros de la familia para negociar finalmente su liberación en Teherán. Iman tuvo que pasar 100 días en dicha embajada antes de que se le autorizara ir a Siria, donde estaba Najwa, su madre.

La caída de Bin Laden
Las otras mujeres de Osama se trasladaron a Pakistán, donde estaba refugiado su esposo y donde sería liquidado en 2011. Se especula que las tres —Khairiah, Seham y Amal— presenciaron la muerte de Bin Laden, e incluso se dice que Amal se puso por delante de su marido cuando abrieron fuego los Navy Seals.

El hijo de Osama y Seham: Khalid, fue asesinado también en el asalto, entretanto que Hamza bin Laden, el único hijo del líder terrorista con Khairiah, logró sobrevivir a la incursión y en la actualidad intenta reclamar el liderazgo del grupo Al Qaeda. A comienzos de este año fue declarado ‘terrorista global’ por el Gobierno de Estados Unidos.