Redacción
Estados Unidos.- Cuando Josh Allen se acerque el domingo a la línea de golpeo en Arrowhead, será como intentar susurrar secretos en medio de un concierto de rock donde los altavoces están a punto de explotar. Bills aterriza en Kansas City con la misión de espantar sus fantasmas y conseguir su primer boleto al Super Bowl desde la era dorada de Jim Kelly. Pero la misión es cuesta arriba. No sólo deberán lidiar con la magia de Patrick Mahomes y la defensa de Steve Spagnuolo, sino también con una multitud capaz de despertar a los muertos.
El Arrowhead Stadium ostenta un récord Guinness al ser el estadio al aire libre más ruidoso del mundo, alcanzando unos atronadores 142.2 decibeles, más fuerte que un avión despegando a corta distancia. Para Bills, jugar aquí, será una odisea auditiva.
No es casualidad que en una encuesta reciente de ESPN, 111 jugadores de la NFL calificaran a Arrowhead como el estadio más difícil para jugar. La pesadilla comienza desde el vestidor de los visitantes: un agujero estrecho, sofocante y con poco espacio para los 53 jugadores, entrenadores y personal del equipo. Pero esto es apenas el aperitivo. El infierno se asoma cuando ponen un pie en el campo.
Al salir del túnel, Bills será recibido por un cartel que reza: “Bienvenidos a Arrowhead, el estadio más ruidoso del mundo: 142.2 dB”. Y no es una amenaza vacía. Andy Reid, entrenador de los Chiefs, lo resumió con precisión quirúrgica: “Aún me zumban los oídos. Fue ruido, ruido, de verdad”, sobre el histórico partido de 2014.
Ahora, imagina a Allen tratando de gritar instrucciones a sus compañeros. Es como recitar poesía en medio de una tormenta de bocinas. La precisión quirúrgica que Bills de Buffalo practican durante la semana se pone a prueba en el caos absoluto de Arrowhead, donde cada jugada puede desmoronarse en un tsunami de ruido.
Para aciimatarse, Bills ha practicado toda la semana con ruido ensordecedor, reproduciendo los cánticos del “Chiefs Kingdom” a todo volumen. Han recurrido a señales de manos y, en casos extremos, a la lectura de labios, tal como lo recordó el ala cerrada Dawson Knox.
EL RECUERDO TRISTE DE 2021 MOTIVA AL TACKLE ED OLIVER
Aunque han pasado cuatro años, el recuerdo de cómo se sintió en enero de 2021, motiva al tackle de Bills, Ed Oliver a escribir una historia diferente.
Oliver permaneció en el campo cuando Chiefs de Kansas City festejaba la obtención del viaje al Super Bowl al vencer a Bills 34-28.
Recuerdo cuando jugamos y vi cómo caía el confeti para el equipo contrario. Puedo expresar lo que sentí y no quiero volver a sentirlo”, dijo Oliver mientras Bills se prepara para su regreso al Arrowhead Stadium.
Oliver, de 27 años, sugirió que perder un enfrentamiento de tan alto riesgo afecta a los jugadores.
La emoción de ganar es una cosa. El dolor de perder supera la emoción de ganar. Prefiero estar feliz”, dijo Oliver a un par de días de la final de la AFC.
COWBOYS TIENE NUEVO JINETE
Cowboys de Dallas dio a conocer que su coordinador ofensivo Brian Schottenheimer, fue ascendido como nuevo entrenador en jefe. La decisión se produce luego de que el dueño del equipo Jerry Jones y Mike McCarthy no llegaron a un acuerdo para extender su vínculo.
JAGUARS FIRMA A COERS COMO HEAD COACH
Jaguars anunció ayer que llegaron a un acuerdo con el coordinador ofensivo de Buccaneers, Liam Coen, para que sea el entrenador en jefe del equipo. Coen fue uno de los 10 candidatos que entrevistó Jaguars. Se estima que Liam Coen recibirá un salario de poco más de 12 millones de dólares por temporada.
Con información de Excelsior