Entre el aeropuerto, el tren y la revocación (Primera parte)

Miguel Ángel Juárez Frías

Participar en el debate público es un oficio para unos, profesión para otros, deporte para muchos, dedicación para unos cuantos, compromiso y responsabilidad para muy pocos.

En la era de la comunicación inmediata, en el que impera el grito, el ruido, el caos, provocado por esa conductibilidad hipersónica del mensaje, de la información, de la palabra; encontrar el hilo adecuado para formar opinión se vuelve verdaderamente delirante.

Pero debemos invitarnos a frenar la inercia vorágine de la estampida, a reposar, a encontrar la serenidad, hacer oídos sordos al escándalo, aprender a escuchar, a plantarnos en el yo, en el tu, en el ellos, para poder entender las cosas desde el nosotros.

A unos días de un ejercicio constitucional nuevo para la democracia mexicana, que dependiendo de la arista en que se observe determina la bondad y malignidad del acto, se vuelve estridente el discurso del porqué sí, del porqué no; habría que detenernos y reflexionemos el para qué.

Antes de ello, recordemos hechos no muy lejanos, pero que independientemente del contenido, sentimiento, indignación u en su caso objetividad que se le dio a cada cosa, hecho u situación, irrumpieron en el escenario de nuestra sociedad: que si Ayotzinapa o la casa blanca; que si el alcoholismo o la violencia; que si los 15 minutos para resolver un conflicto o la descomposición de la seguridad nacional; que si el error de diciembre y la transición.

Hoy, se presentan los elementos que también dinamitan la discusión: un aeropuerto, un tren al sur del país, otras obras sin avance y obvio, el ejercicio de un instrumento constitucional de consulta, con ello, aparejada la abrumadora revuelta de calificativos, descalificaciones, adjetivos, vituperios y un enorme etcétera.

Convoquémonos a que la información sea puntual, para que como sociedad podamos de manera libre, espontánea, en pleno ejercicio de nuestra voluntad decidir entre el participar, no participar, en caso de hacerlo, determinar por el sí o por el no.

Ocupamos compromiso de todos y todas en lo que se dice, lo que se hace, lo que se publica, lo que se comparte, para que la información sea objetiva y que la misma verdaderamente sea elemento para una toma de decisión responsable por parte de un ciudadano ejemplar.

La revocación es un instrumento constitucionalmente establecido de participación ciudadana, invitémonos a leer el contenido y alcance del mismo y decidamos el que hacer este 10 de abril.