Empresa corrió a 7 mil 800 para sustituirlos por IA, sin embargo luego regresó casi a todos por limitaciones de la tecnología

Redacción

En un giro inesperado, IBM reconoció que su estrategia de automatización mediante inteligencia artificial, que en 2023 provocó el despido de 7,800 empleados, no redujo de forma definitiva su plantilla laboral. Por el contrario, generó nuevas contrataciones en áreas donde las máquinas aún no pueden sustituir el pensamiento humano.

La decisión inicial de IBM fue detener nuevas contrataciones y automatizar procesos internos, bajo el argumento de que cerca del 30 por ciento de su fuerza laboral podía ser reemplazada. Sin embargo, el propio director ejecutivo de la empresa, Arvind Krishna, admitió en entrevista con The Wall Street Journal que el uso de IA liberó recursos que fueron redirigidos a áreas estratégicas como programación, ventas y marketing.

“Mientras hemos hecho un enorme esfuerzo para usar IA y automatización en ciertas operaciones de negocio, nuestra plantilla total ha aumentado porque eso nos permitió invertir más en otras áreas”, explicó Krishna.

La paradoja para la compañía tecnológica es que, si bien logró eliminar tareas repetitivas y simplificar operaciones, no pudo sustituir habilidades humanas clave como el pensamiento crítico, la adaptación y la interacción personal. Por ello, las áreas que demandan juicio humano se fortalecieron con nuevas contrataciones.

“Son áreas en las que el pensamiento crítico es clave, donde las personas deben competir o colaborar con otras, no simplemente seguir procesos aprendidos”, sostuvo el directivo.

A pesar de la expansión en nuevos frentes, muchos de los empleados despedidos el año pasado no fueron recontratados. La situación ha generado cuestionamientos sobre la sostenibilidad de los recortes motivados por la IA y sus consecuencias laborales a largo plazo.

El caso de IBM refleja un fenómeno más amplio en la industria tecnológica: la automatización de tareas simples va de la mano con la revalorización de capacidades humanas insustituibles. Empresas como Meta ya han anticipado recortes similares para 2025, lo que ha incrementado la preocupación entre trabajadores del sector.

Historias como la de un ingeniero que perdió su empleo de $150,000 dólares, fue rechazado en más de 800 postulaciones y ahora vive en una casa rodante trabajando como repartidor, ilustran los efectos colaterales de esta transición. Mientras la IA redefine el futuro del trabajo, el pensamiento crítico se mantiene como su principal límite.