El yo acuso de la madre de Lupita:“Mi hija vivía un infierno”

Gilberto Valadez

Aguascalientes, Ags.- Rosa Isela Ortiz Martínez acusó a Valentín Melgar de acosar a su hija María Guadalupe Leal Ortiz, aprovechando su posición de maestro y que derivó en el accidente carretero que ocasionó su muerte el pasado viernes.

“Traigo tanta rabia, porque no se vale. Me cambio a mi hija en tres meses y yo quiero que haya justicia para que él ya no perjudique a más niñas. Él tenía a mi hija muy sometida, la trataba como si fuera una prostituta, la golpeaba y la ofrecía a compañeros. Mi hija vivía un infierno”, denunció en entrevista grupal.

María Guadalupe, de 19 años, era alumna del CBTIS 195, donde tuvo que recursar una materia de Cálculo Integral, a cargo de Melgar, de 49, quien presuntamente la empezó a buscar fuera de horario de clases. Hasta que el viernes cuando ambos transitaban por carreteras del estado de Jalisco, la alumna falleció tras volcarse el vehículo que conducía, debido a que Melgar supuestamente se encontraba en estado de ebriedad y sólo resultó con lesiones.

– ¿Tenían una relación de pareja o solo de maestro-alumna?

– Tenían una relación de alumno maestro, pero él la empezó a hostigar a hostigar que yo le dije un día que no me gusta tu relación y ella me dijo que no quería darme problemas. Yo no sé cómo las atemorizaba el cabrón (sic), que también da clases en una secundaria.

– ¿Qué cambios notó en su hija?

– No comer, no bañarse y nada más estar pagada al teléfono a la hora que el señor le hablara.

– ¿Su hija venía manejando?

– Sí, pero venía sobria y quiero llegar a que se aclare.

– ¿Él la obligó a viajar a Jalisco?

– Siempre la obligaba, a que saliera de la casa. Yo tengo audios y voy a proceder.

– ¿Está pidiendo que lo metan a la cárcel?

– No, yo lo único que estoy pidiendo es que lo destituyan, pues si quieren nos ponemos a investigar a cuantas chicas. Hasta su misma familia lo encubre.

– En esos audios, ¿qué le decía a su hija?

– Cosas muy feas que me duelen y no me gustaría volver a decir.

– ¿Usted le llamó la atención a su hija?

– Y al viejo también. Un día lo enfrenté aquí en el jardín (Barrio de la Purísima) y el perro maldito me dijo ‘yo no tengo nada que decir, es mi alumna’, pero porqué le hablaba a las tres de la mañana. Era un borracho crónico.

– ¿Qué le dicen en la escuela?

– Que ella ya era mayor de edad y pues que ni modo.

– ¿O sea, se lavan las manos?

– Sí, como siempre y por eso las compañeras están molestas, pues no es el único maestro.

Finalmente, la señora Ortiz acusó a la familia de Valentín Melgar de cualquier situación que pueda sucederle a su integridad. “Mi hija ya no está y no va a regresar, pero yo quiero llegar hasta donde tenga que llegar”.