El Mosco Reyes: 28 años de promesas con el servicio de agua

Gilberto Valadez

Aguascalientes.- Ubicado como el primer alcalde de oposición electo en el municipio capital en 1995, el panista Alfredo Reyes Velázquez viene manoseando el tema del servicio de agua desde el año en que fue electo para encabezar los destinos del principal ayuntamiento del estado.

En aquel momento, Reyes Velázquez se comprometió durante su campaña a echar abajo la concesión de agua que los gobiernos del PRI habían avalado un par de años antes. Al final, no sólo incumplió la promesa; sino que inclusive aumentó el plazo de contrato para la empresa privada.

Ahora, 28 después, el también ex senador sigue recurriendo al tema del agua para generar propuestas cuando está por concluir el plazo de la concesión que él mismo le tocó avalar.

Prometer no empobrece

En octubre de 1993, el servicio de agua fue entregado a la empresa privada Concesionaria de Aguas de Aguascalientes (Caasa), durante la administración municipal del priista Fernando Gómez Esparza y con el respaldo del gobierno también tricolor encabezado por Otto Granados Roldán.

Lo que se ofertaba como la solución a problemáticas como distribución del servicio en colonias, bajos costos y atención no fueron cumplidas. Durante los dos primeros años de Caasa, se registraron aumentos en cascada con un ajuste del diez por ciento cada bimestre desde enero de 1994 a octubre de 1995.  Ello generó una paulatina inconformidad ciudadana que sería aprovechada por la oposición.

De esta forma, para las elecciones intermedias de 1995 donde se renovarían diputaciones y presidencias municipales, el Partido Acción Nacional se colgó del tema del agua para ganar votos. Los principales reflectores fueron acaparados por Alfredo Reyes, el abanderado blanquiazul por la alcaldía capital.

Empresario de ropa deportiva y apodado el Mosco, Reyes Velázquez enarboló la bandera de quitarle el servicio a Caasa. El 21 de julio de 1995, en plena campaña, declaró textualmente: “El compromiso del nuevo gobierno municipal será revisar las condiciones jurídicas que guarda el título de concesión y, en su caso, revocarlo para que el municipio de Aguascalientes como lo ordena la Constitución proporcione este vital servicio a la ciudadanía”.

Así, el PRI sufrió su primera gran derrota electoral en Aguascalientes, luego de perder el municipio capital, la mayoría del Congreso y varios ayuntamientos.

Las palabras se las lleva el viento

Ya instalado en el palacio municipal, Alfredo Reyes parecía ir en serio con el tema de quitarle la concesión a Caasa. La noche del 28 de marzo de 1996, el Cabildo de Aguascalientes aprobó en sesión extraordinaria la remunicipalización de la concesión del agua mediante la llamada Declaratoria de Rescate. 

El alcalde pidió la reestructuración de hasta 15 por ciento en torno a las tarifas que aplicaba Caasa y funcionarios del municipio panista llegaron a las oficinas de la concesionaria, colocando sellos de clausura.

Pero a las pocas semanas, el alcalde inopinadamente daría marcha atrás. El sábado 13 de abril del mismo año revocó su propia Declaratoria de Rescate. De repente, el Cabildo municipal, con mayoría blanquiazul, vio con buenos ojos a Caasa.

Semanas después, el 30 de agosto de 1996, el Congreso de Aguascalientes aprobó aumentar de 20 a 30 años el periodo para la concesión del servicio del agua. Aunque el PAN no tenía mayoría absoluta en el Congreso, el dictamen fue aprobado con los 13 sufragios de la bancada panista, a la que se sumaron dos del PRI, desplazando los ocho votos en contra. Además, hubo dos abstenciones.

Por sus frutos…

El fracaso de quitarle la concesión a Caasa seguiría persiguiendo a Alfredo Reyes, que alcanzó a ser elegido senador en 2000, pero falló en su intento de ser candidato a la gubernatura de 2004, donde perdió la votación interna contra Luis Armando Reynoso Femat; irónicamente su sucesor en la alcaldía.

Para el año 2012, el PRI había recuperado la alcaldía capitalina y dispuso una auditoría financiera y operativa a la concesionaria. En medio de los resultados, el 27 de septiembre de ese año, Alfredo Reyes fue invitado a un debate en un programa radiofónico local donde también participó Fernando Gómez, el alcalde priista que firmó la concesión en 1993.

Gómez declaró que la concesión del servicio había sido una innovación, aunque debió aceptar que Aguascalientes fue un conejillo de indias, “se escogió a Aguascalientes para poner a prueba el proyecto”.  

Por su parte, Alfredo Reyes se lavó las manos con el tema de aumentar el plazo de la concesión y hasta acusó que el gobierno de Otto Granados le quiso orquestar un fallido golpe de estado en su contra. “Me informaron en Gobernación (…) que en Aguascalientes mi gobernador, así me dijeron, me estaba preparando un golpe de estado y hasta avión me prestaron para regresar de inmediato y aplicar la figura del rescate”, dijo.

Un tercero en discordia durante el debate fue Sergio Gómez, quien encabezó la auditoría del municipio, el cual resumió que el título original de la concesión “no fue tan malo”. Luego se lanzó contra la gestión de Reyes añadiendo que su rescate y modificación “fue pésimo”.

Al concluir ese debate, Gómez Esparza y Reyes Velázquez se lavaron las manos en torno a la concesión del servicio. En lo único que ambos coincidieron fue señalar que Aguascalientes “estaba mejor”.

Aparentemente alejado de los reflectores políticos, pese a que el PAN se recuperó como la primera fuerza del estado en 2016, Alfredo Reyes volvió a ser noticia local durante una entrevista colectiva el pasado miércoles, donde otra vez se refirió a la problemática del agua. Pero ahora propuso una reunión de ex presidentes municipales para definir el rumbo de la concesión del servicio

“Le tengo una propuesta al alcalde Leonardo Montañez, necesitamos hacer un círculo de calidad con todos los exalcaldes que tuvimos que ver con este tema, yo creo que es lo más importante. A mí me gustaría una mesa en donde estén los exalcaldes. Cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de decir qué es lo que hicimos en los tres años en que estuvimos al mando del gobierno municipal”, dijo.

Todo antes de que finalice el contrato de la concesión que él mismo dio su visto bueno para extender