El fin de la vida glamurosa de Emma Coronel

Redacción

Emma Coronel Aispuro siempre resaltó por la vida glamurosa que se dio como esposa de uno de los narcotraficantes más buscados, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Sin embargo, esa vida de lujos terminó cuando fue arrestada y encarcelada en Virginia.

Cuando su marido estaba en medio de un juicio en Estados Unidos, la nacida en San Francisco, California, acudía a los tribunales vestida con ropa de marca y costosas joyas y relojes.

Coronel solía cenar lechuga iceberg, picada, en el Tribunal de Distrito Federal en Brooklyn, durante el juicio de su marido.

Se sentaba con amigos en la cafetería, bromeando sobre las madres y cómo tratar con ellas.

“Tiene una gran personalidad”, afirma Mariel Colón Miro, su abogado. “La Emma que conozco está llena de energía, siempre sonriendo”

El papel de Emma dentro del negocio de “El Chapo” siempre había levantado sospechas. Dejando de lado la cuestión de la culpabilidad o la inocencia, los analistas que estudian el mundo del narcotráfico dicen que Coronel se forjó un papel inusual.

Era una figura pública, empresaria y supervisora, que ayudaba a controlar quién tenía acceso a su esposo mientras él dirigía el cartel.

Tradicionalmente, las esposas de los narcotraficantes son vistas como “muy sexuales” y “no interventoras”, dice Cecilia Farfán-Méndez, académica de la Universidad de California en San Diego.

Al final, ese estilo de vida terminó y ahora, la también modelo se encuentra en el Centro de Detención de Adultos William Truesdale en Alexandria.

Su defensa asegura que pasa el tiempo leyendo novelas románticas mientras permanece en su celda solitaria y diminuta.

Hasta el momento no se ha fijado una fecha para el juicio. Si la declaran culpable por su participación en la distribución de cocaína y en la planificación de la figa de su esposo, podrían enviarla a prisión de por vida.

Con información de El Tiempo