El efecto enero: impacto potencias en las acciones

El “efecto enero” es un fenómeno que no solo llama la atención en el mundo financiero, sino que, además, ha sido estudiado por académicos en décadas, sin dar con una teoría ampliamente aceptada. Se trata, pues, de una tendencia histórica anómala del mercado financiero en donde las cotizaciones de las empresas y el intercambio de divisas tienden a subir más que en los meses restantes del año.

Este efecto, que impacta tanto al mercado accionario, como a las divisas a nivel mundial, suele ser positivo, sobre todo en activos particulares y pequeñas empresas, dado que suelen ser más volátiles en comparación a los activos de gran capitalización. Sin embargo, esto no es una regla general que se puede aplicar en todo el mercado bursátil. Ahondemos a continuación, en el impacto potencial que el efecto enero puede tener en el mercado de valores y el cambio de divisas, explorando sus causas, implicaciones y su relevancia en los mercados financieros contemporáneos.

Comprendiendo el efecto de enero

El efecto enero suele atribuirse a una combinación de factores que contribuyen a un comportamiento anómalo del mercado financiero durante el primer mes del año. Un factor clave es la recolección de pérdidas fiscales. Los inversores tienden a vender sus posiciones perdedoras hacia el final del año calendario para compensar los impuestos sobre las ganancias de capital. Esto conduce a una mayor presión de venta, lo que provoca una caída de los precios de las acciones. Una vez que comienza el nuevo año, los inversores suelen reinvertir su capital, lo que provoca un aumento de la demanda y la consiguiente apreciación de los precios.

Otro factor que contribuye es el componente psicológico. Los inversores tienden a ser más optimistas y motivados a principios de año, estableciendo nuevos objetivos de inversión, reasignando sus carteras y, por consiguiente, asignando fondos frescos. Este entusiasmo renovado conduce a una mayor actividad comercial y valoraciones de mercado potencialmente más altas.

También hay otras hipótesis que sugieren que este efecto es causado por un sesgo en la forma en que se calculan los rendimientos de las acciones. Según esta teoría, los rendimientos de las acciones suelen ser más elevados en enero porque los inversores suelen comprar acciones a precios más bajos en enero que en el resto del año.

No obstante, es importante reseñar que no todos los mercados se comportan de forma similar, pues en los países emergentes, los inversores son más precavidos en los primeros meses del año. Por ello, no hay una definición ampliamente aceptada sobre esta tendencia anómala que se cierne en los mercados financieros durante el mes de enero.

Impacto en el mercado de valores

Históricamente, el efecto de enero impacta mucho más en las acciones de pequeña capitalización que en las de gran capitalización. Esto se debe a que las empresas más pequeñas son generalmente menos líquidas y más propensas a ineficiencias en los precios. En consecuencia, la entrada de nuevo capital en enero puede tener un impacto más significativo en sus precios. Los inversores que buscan capitalizar el efecto de enero a menudo se centran en acciones de pequeña capitalización con la expectativa de obtener rendimientos superiores al promedio.

Sin embargo, es importante señalar que el efecto de enero no es un indicador fiable y está sujeto a las fluctuaciones del mercado y a la dinámica cambiante. A lo largo de los años, la mayor eficiencia del mercado y la proliferación del comercio algorítmico han disminuido en cierta medida la magnitud del efecto. Por lo tanto, los inversores deben actuar con cautela y considerar otros factores fundamentales y técnicos antes de realizar inversiones basándose únicamente en el efecto de enero.

Impacto en el cambio de divisas

El efecto enero también suele influir en los tipos de cambio, aunque en menor medida que en el mercado de valores. Los mercados de divisas, y por tanto también el trading de forex con CFD (que tiene riesgos asociados que el trader debe conocer) están influenciados por numerosos factores, incluidos indicadores económicos, eventos geopolíticos y políticas de los bancos centrales. Sin embargo, la afluencia de fondos al mercado de valores durante enero puede incidir de manera indirecta en los tipos de cambio.

Cuando los inversores reasignan su capital de otros activos a acciones, puede provocar una disminución en la demanda de una moneda y, en consecuencia, un debilitamiento de su tipo de cambio. Por el contrario, si hay un aumento en la demanda de una moneda debido al sentimiento positivo del mercado, esto puede llevar a una apreciación de la moneda. Sin embargo, el impacto del efecto de enero en los tipos de cambio suele ser menos pronunciado que su efecto en el mercado accionario.

Relevancia en los mercados financieros contemporáneos

Si bien el efecto enero sigue siendo un tema de interés, su importancia ha disminuido en los últimos años debido a los cambios que ha habido en la dinámica del mercado. Con el creciente dominio de los inversores institucionales y el comercio algorítmico, los mercados se han vuelto más eficientes. Además, la disponibilidad de información en tiempo real y herramientas analíticas avanzadas ha reducido la asimetría de información a la que se debió en parte el efecto de enero.