El daño que genera el collar en la salud de tu perro

Redacción

El cuello de tu perro es mucho más delicado de lo que crees. Al igual que nos sucede a los humanos, por esta zona de su anatomía transitan nervios, arterias, se encuentra el esófago y la tráquea, la glándula mandibular, la tiroides, existen nódulos linfáticos y se localizan las vértebras cervicales. Se trata de una zona muy sensible que puede ser sometida a continuos tirones y presiones, como los que se ejercen sobre ella si el peludo no sabe pasear, mejor dicho, no se le ha enseñado a pasear (camina dando tirones) y lleva un collar. Los efectos secundarios pueden ser bastante graves: dolores articulares, aumento de la presión intraocular, hernias, dolor crónico y hasta problemas comportamentales.

¿Cómo puede afectar la tensión de la correa al comportamiento del perro? Muy sencillo, esta tensión genera estrés en el animal y los tirones le pueden producir calambres… En estas circunstancias, ¿tú estarías de buen humor? Seguro que no. Eso, sin contar con que se vuelva antisocial y no tenga ni un amigo perruno. La explicación está en que los perros se comunican también por medio de su lenguaje corporal, lenguaje corporal que se ve afectado por la tensión de la correa. El perro no camina de forma natural ni emite esas señales que les sirven a los otros canes para conocer sus intenciones. Lo que hace el peludo es ir tirando en línea recta a los otros cánidos. Estos, al no saber sus intenciones no le darán un buen recibimiento. Si la situación se repite es posible que tu perro pase a odiar a sus congéneres y se vuelva antisocial.

Lo ideal es educar al perro para que aprenda a pasear: tranquilo, sin dar tirones, obedeciendo a tus palabras… Así no daremos lugar a que el problema eche raíces. Si tu mascota ya tira de la correa cuando salen, es hora de cambiar su collar por un arnés antitirones, que reparte la tensión por el pecho, una zona más fuerte y menos dolosa que el cuello. Además, con un arnés será más fácil manejar a un animal grande y fuerte.

A continuación, te contamos cuáles son los peligros que entrañan que el perro tire de la correa llevando un collar.

El cuello, la zona sensible: el cuello de nuestro perro es una zona muy sensible y por la que transita gran cantidad de nervios y arterias, en su camino al cerebro. En esta área también se localizan el esófago y la tráquea. Como es lógico pensar, cualquier daño en esta parte de su anatomía puede acarrear consecuencias.

Problemas de espalda: Los perros que pasean tirando de la correa suelen desarrollar problemas en la espalda. La postura forzada y los tirones hacen que el collar presione sus vértebras y les cause contracturas y otras lesiones lumbares.

Los tirones para corregirlo son peligrosos: el perro tira y su humano responde con un tirón aún más fuerte para “corregirle”. Resultado: el impacto del collar en el cuello afecta a los nervios de la zona y como estos se distribuyen por la médula espinal del animal, el perro recibe un calambre que puede llegar hasta las patas.

Efectos de los tirones: Los tirones de “corrección” pueden ocasionar daños tan graves como hernias, pinzamientos y hasta problemas neurológicos.

Daños en las articulaciones: el perro que pasea dando tirones fuerza su postura. Esto produce una incorrecta distribución del peso mientras camina que puede hacer que sienta dolor en las articulaciones después de pasear e incluso que este dolor se vuelva crónico si se repite continuamente.

Falta de oxigenación: Hay perros que tiran aunque casi se estén asfixiando. ¿Es el caso de tu peludo? Pues durante el tiempo del paseo no le estará llegando el suficiente oxígeno a su organismo, eso incluye su cerebro.

Lesiones en la espalda para ti también: Que el perro tire de la correa hace que tú, al pasearlo, hagas fuerza y no andes de forma natural. Esa puede ser la razón por la que últimamente te duele la espalda.

Presión ocular: La presión sobre la yugular aumenta de manera transitoria la presión intraocular. Esto sucede en humanos y cánidos. Por tanto, la presión del collar sobre el cuello del perro es peligrosa.

Tos crónica: Otra consecuencia de que el perro pasee dando tirones y el collar le presione la tráquea es que desarrolle tos crónica.

Problemas del comportamiento por el dolor: Es lógico pensar que si el perro siente dolor (por ejemplo calambres, debido a los tirones) no va a tener buen carácter. De hecho, esa razón está relacionada con muchos casos de agresividad hacia otros canes y personas.

Dolor crónico: el que el perro sienta de manera continua dolor (si se ha hecho crónico tras años de tirones) hará mella en su comportamiento. Con esto nos estamos refiriendo a que, en casos extremos, puede volverse más irritable, que rompa cosas en casa, que ladre todo el rato o incluso que no se deje acariciar en determinadas zonas de su cuerpo o directamente en ninguna. ¡Le duele! Imagina sentir dolor todo el rato… ¿No te cambiaría el carácter?

Mala relación con otros perros: El perro, cuando va tirando de la correa, fuerza su postura, lo que hace que se acerque a otros cánidos de manera antinatural, sin comunicarse corporalmente como debiera. Básicamente se dirige en línea recta a ellos, sin emitir señal alguna que informe a los otros de sus intenciones. La consecuencia es un acercamiento tenso, brusco y que puede acabar en pelea.

A fuerza de repetirse “encontronazos” con otros perros causados por las posturas forzadas por los tirones y la ausencia de señales corporales, el perro puede volverse cada día menos sociable y gustarle menos sus congéneres.

No a los collares de castigo: Son lesivos para el animal, le asfixian, no son la solución.

Sí a los arneses: Aunque el perro tire, la tensión y presión no van al cuello sino que se reparten por el pecho, una zona más resistente. El arnés es, sin lugar a dudas, la mejor opción, por delante del collar. Además, permite controlar mejor a los perros grandes y fuertes, sin hacerles daño.

Con información de Muy Interesante